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—Creo que no estás entendiendo que no tengo ganas de hablar con vos, y que menos que menos, quiero que estés en mi casa...— Rueda los ojos cuuándo ve que él la sigue siguiendo si importarle cuan incontables veces se lo dijo en el camino...

—Adela.— Aprieta sus manos.

—No se si necesitas que le diga a mí abogado, Hugo, que te lo haga saber por carta o algo...— Cierra los ojos y relame sus labios enojada con ella misma.

Ya que la casa se la regaló él y se maldice completamente por dentro al haber dicho esas palabras mal conjugadas, en su cabeza tiene tanta información y tantas cosas que se mueven de un lado al otro, que ya no sabe si se quiere mudar de ahí, si quiere estar en otro país, sí quiere estar en un departamento de dos por dos, en una casa que tenga cincuenta millones de pisos...

Realmente no lo sabe.

—Wood.— Sisea amenazante para que ella controle sus labios.

—Creí que el haberte ignorado completamente en el auto era la respuesta para que no te bajaras...— Suspira.

Él se ríe y relame sus labios... La mira de arriba abajo.

Esos jeans boyfriends cayendo por sus caderas haciéndola verse más delgada de lo normal, junto a esa camisa blanca con leves volados y sus zapatillas amarillas hacen que Demian no quiera irse de su lado...

—Te dije que hablaríamos, Wood... No te pedí permiso para eso... Porque simplemente no lo necesito...— Parpadea y rueda sus ojos mientras que se encamina hacia la cocina dándole la espalda.

—No me digas.— Bufa.

Demian se ríe. —Quizas tenga que refrescarte la memoria... De cómo soy con las cosas...— Alza sus cejas.

Adela lo mira sin poder creer qué el la está amenazando. —Yo no soy tuya.— Escupe con recelo.

—Mucho tiempo a mí lado y ya te pensaste que podías tratarme como quisieras, pero te recuerdo que quién manda acá soy yo...— Alza el tono de voz.

Ella relame sus labios y no puede creer lo caradura que suena hablando, él alza sus cejas y la mira retando la con la mirada, esperando a que se mantenga callada y no le retruque nada de lo que le acaba de decir.

Adela cumple con la petición de Demian, se cruza de brazos y mueve su cabeza un costado fingiendo estar aburrida, mientras espera a que el prosiga con su monólogo.

Se apoya en la mesada para estar más cómoda soltando un suspiro... Pero no puede evitar mantenerse callada su lengua sale disparada junto con sus palabras guardadas.

—No creo que sea el momento adecuado, además entre nosotros no debe de haber relación señor Maloy, ya bastante claro lo dejo usted en varías oportunidades.— Rueda los ojos y aprieta sus labios...

—A mí no me interesa.— Deja en claro.

—No tengo intenciones de saber porque motivo quiere hablar conmigo.— Sonríe, falsamente.

Demian acomoda su cabello sintiéndose furioso, de que ella esté jugando al juego de no tutearlo, aprieta sus labios y se encamina hacía Adela con su mirada filosa cada vez más penetrante a cada paso que da...

—Adela.— Se queja.

—Cuándo guste puede llevarse a sus chicos.— Sonríe forzosamente.

Él asiente y chasquea la lengua...

Aquello era difícil, pero estaba decidido a hacerlo.

Theo en la clínica era en lo único en lo que podía pensar, al igual de las palabras que le había dicho en el evento.

EL PROTECTORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora