ꜱᴀꜰᴇᴛʏ ɴᴇᴛ | ɴᴀᴛᴇ ᴀʀᴄʜɪʙᴀʟᴅ ✓

Capítulo 14 💛

Lexi:

Levántate y actúa, lado Este. Oí que la pequeña J está teniendo relaciones internacionales con un joven. Sabíamos que tenía amigos en altas esferas. ¿Pero que tan bajo caerá?

Me doy vuelta en la cama y busco su cuerpo con la mano, al no encontrarlo me acurro contra la almohada para seguir durmiendo. Estoy por volver a dormirme cuando escucho un leve quejido y olor a quemado.

Oh no... está haciendo el desayuno, eso se traduce a: está tratando de no quemar la comida.

Busco su camisa en el suelo para no salir en ropa interior, lo encuentro en la cocina preparando waffles. Si tan solo supiera que es lo que último que quiero comer gracias a Rufus, él siempre hace waffles. 

—Buenos días —saludo adormilada—. El olor a quemado llega hasta la habitación.

—Gracias por el apoyo moral, yo también te amo.

—Soy honesta —digo abriendo la nevera—. Siempre quemas algo. Ayer fueron las tostadas. Demos gracias que el agua no se puede quemar.

—No soy cocinero, lo intento. Y tú debes fingir que te gusta —se queja como niño chiquito—. Porque lo hago con todo el amor del mundo.

—Aja —digo luego de comer una frutilla—. ¿Qué es eso?

—Oh... eso —murmura distraído—. Creo que Chuck lo dejo para ti.

Cierro la nevera para ir a la encima, hay un plato con un rollito de canela y frambuesas a su alrededor. Sonrío de inmediato al ver la nota donde me desea los buenos días.

—Su desayuno es mejor que el mío, ¿no es así? —cuestiona abrazándome por la espalda—. Se honesta.

—Los amo a los dos, no sé que clase de guerra interna tienen —volteo con cuidado para mirarlo a los ojos—. Déjenme fuera de ella.

—Él solo me molesta —niega Nate—. ¿Comerás mi desayuno de todos modos?

—Y fingiré que es delicioso, como tú —muerdo su labio inferior—. No quemes otro waffle, gracias.

—Malvada —deja besos cortos en mis labios—. Te amo.

—Lo sé —respondo riendo, me mira con ojos de cachorrito—. Y yo también te amo.

—¡Dios! —exclama Blair fingiendo un orgasmo, no puedo evitar reír—. ¡Chuck! ¡Sí! ¡Eso es! ¡Dios! ¡No pares!

—Está loca —sigo riendo—. Y la adoro —mi celular suena por lo que me separo para buscarlo, una voz conocida me saluda—. ¿Cariño? ¿Eres tu?

Nate voltea a verme cuando digo eso, y luego desvía su vista a la habitación de Chuck. Si él está llamando significa que Blair esta sola en el cuarto.

—Sí, soy yo. A menos que tengas otro mejor amigo llamado Chuck Bass.

—¿Dónde estás? Esté no es tu número.

—Te cuento luego —suspira levemente—. Olvidé mi celular. ¿Lo sacas de mi portafolio?

—Blair está en tu cuarto ahora.

—Por eso necesito que lo tomes, bonita. Se pondrá curiosa y sabes que ahora no es buen momento.

—Ahora voy.

—Gracias, eres la mejor.

Finaliza la llamada, comparto una mirada con Nate mientras ambos seguimos escuchando a Blair fingir orgasmos en su habitación. El plan es que Nate saque el celular mientras yo hablo con Blair. Toco la puerta antes de ingresar, mi mejor amiga esta acostada leyendo una revista.