CAPÍTULO 18

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 Ha sido una gran día, uno de los mejores de la vida. Luego de saludar a mi mamá, llamo a Fer y Santy para ponernos de acuerdo en la hora y lugar para ir a la fiesta. No puedo dejar de pensar en esos besos, creo que me volveré adictos a ellos.

Abro Facebook, en verdad es un vicio para mí, encuentro una canción de Darío, es una muy linda canción pero me hace sentir culpable. Tiene razón, todo iba bien entre nosotros, si Josh no hubiera aparecido en nuestras vidas, nada de esto pasara, estaríamos juntos, felices, juntos…..

Entro en el perfil de Josh y veo una foto de nosotros muy sonrientes, gracias al cielo es difícil de reconocerme, al menos eso, no quiero que la prensa se meta en mi vida, se que Josh no tiene problema con eso, pero yo sí. Sonrío al ver la frase: “DESDE QUE TE VI…….. AHORA NO PUEDO DEJARLO DE HACER”, esas palabras a cualquiera le sacan una sonrisa

Yo tampoco puedo dejarlo de hacer, miro los miles de MG, bueno este niño quiere que todo mundo se enteré, sé que será inevitable, pero  trataré de que pase pronto, además ni yo sé lo que somos ¿novios? ¿pareja? ¿amigos con derecho?. Me da vergüenza preguntar, pero tendré que hacerlo pronto, porque no estoy dispuesta a compartirlo con nadie.

- Nos vemos mami

-Vendrás pronto Alex, y por favor pídele a Santiago que te acompañe hasta la casa, no quiero que te pase nada

-Tranquila mami, me voy ya me están esperando

Le beso a mi mamá y salgo para encontrarme con Fer, Santy y Darío. Mierda, pensé que tal vez no vendría. Ni modo tarde o temprano tendría que enfrentarlo, el problema es que no tuve tiempo de advertir a Josh.

Caminos a la casa de mi amigo Arturo, queda a unos 15 minutos a pie de mi casa. Llegamos a la 9pm en punto y no había rastros de Josh. Para mala hora, había olvidado mi celular, espero que no se pierda.

-Yo sé que quieres verlo, pero no te haría mal bailar conmigo mientras esperas – Darío me dirige la palabra en toda la noche, ofreciéndome su mano para bailar

-No sé si deberíamos – le contesto avergonzada

-Tranquila, quedamos en que seríamos amigos y los amigos bailan ¿verdad? – asiento y él me toma de la mano, mi amigo Arturo pone música de todo tipo, desde reggeaton, electrónica, salsa merengue. Para mi suerte estaba sonando un reggeaton un poco antiguo:  (Hasta abajo – Don Omar: http://www.youtube.com/watch?v=E0FRj4DcBF0) y aunque al inicio estuve recelosa, termine bailando como me gustaba hacer, bien… Con intensidad, él me acerco a su cuerpo y empezamos a balancearnos. Nunca olvidare cuando le enseñe a Darío a bailar, él se sentía mal porque yo lo acababa cuando bailaba así que pasamos muchas horas practicando. Y ahora estamos aquí, balanceándonos de un lado al otro, con nuestro muy juntos, un baile quizá muy sensual pero no puedo evitar bailarlo como se debe.

Seguimos la música, bajamos, subimos, nos balanceamos en todos los lados, cuando decido girar y quedar de espaldas a él, me percató de su presencia. Luce unos jeans, y una casaca de cuero. También un gorro y unas gafas oscuras para ocultar su identidad.

Se quita sus gafas y me mira fijamente, sus ojos llenos de furia, celos, decepción. Me doy cuenta que no debería haber hecho esto. No tiene nada de malo bailar, pero este tipo de contacto con mi ex no es el más adecuado estos momentos.

Él se queda quieto mirándonos,  se recuesta sobre la pared y cruza los brazos. Esa actitud me enoja, no sé qué esperaba, que me arme una escenita de celos, pero luego de la forma en que me miro, se comporta como si no le importara. Así que decido ignorarlo y sigo bailando. Me doy cuenta que Darío se percató de su presencia y se tensa un poco. Me gira, pongo mis manos en sus hombros y me susurra

Un Enredado Amor  (Josh Hutcherson) EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora