Un Enredado Amor (Josh Hutcherson) Editando

CAPÍTULO 46

-Ustedes son imposibles, sé que están enamorados y toda esa locura pero si no tienen sexo rápido van a explotar y lo van a hacer el rato menos pensado y quizás sea en público.

Río de los comentarios de Fernanda mientras me pruebo el vestido. Cuando salgo para mostrárselo ella da un silbido.

-Creo que encontraste el adecuado – me acerco al espejo y giro ante él. Este vestido me hace sentir sexy. Es de color rojo. Un corpiño abraza mi busto donde la tela se extiende como pliegues delgados en varias direcciones y nos pequeños apliques le dan el brillo necesario para lucir elegante pero no muy llamativo. Por debajo del busto caen varias capas de tela que terminan en puntas en diferentes direcciones terminando cada una de ella sobre mi rodilla.

Es simplemente mi estilo. Ajustado en el busto, con un escote delicado y holgado en la falda - ¿crees que le guste? – pregunto nerviosa, no sé porque pero la idea de esta noche me pone nerviosa, como si fuera una primera cita.

-Le encantará, te lo seguro. Él te amaría aunque uses un costal de papas, así que relájate.

Me miro otra vez en el espejo y ahora si estoy segura de que lo amará. Regreso al vestidor y me lo quito. Miro la etiqueta el precio y es cuando un balde de agua fría me cae.

-No voy a comprar esto, es demasiado caro.

-Uhh, recuerdas – dice levantando la tarjeta de Josh – novio con dinero, tarjeta de crédito a nuestra disposición.

-No me siento cómoda gastando tanto dinero en mí.

-Antes de que des tu discursito creo que ya deberías saber que a Josh no le interesa, él no piensa que seas una interesada, él está seguro de tu amor así que deja de un lado ese estúpido orgullo y usa la maldita tarjeta. Además como él dijo, ese regalo también es para él.

-Tú crees…

-Sí, sí creo, ahora dame ese vestido porque nos lo llevamos. Hoy te vestirás, te maquillaras y quedaras súper sexy, saldrás con tu sexy novio y disfrutaran la velada, se besuquearan, hablaran, se volverán a besuquear y espero que tengan sexo.

Empiezo a reír, esta chica siempre consigue matarme de la risa –Tú siempre piensas en sexo.

-¿y tú no? Mírame a los ojos y dime que no quieres desesperadamente tener sexo con Josh – es lo que más deseo, pienso para mis adentros – lo vez, mueres por tener sexo con él. Quieres agarrar ese delicioso trasero y reclamarlo como tuyo y creo que es la hora. Ya no tienes nada que te lo impida, él ya te demostró que te ama, viaja por ti, vive y respira por ti. Ahora depende de ti darle, mejor dicho darse ese regalo por su bien y el de todos los que tenemos que presenciar sus demostraciones de afecto.

-Es que… es que….

-Es que nada. Dime, dime que dudas de que te amé y te entenderé porque no quieres hacerlo – reflexiono por un momento y se la respuesta. Él me ama como yo a él, es todo lo que necesito saber.

-Tienes razón – le sonrío y tomo su mano – vamos, necesito comprar unas cosas más antes de volver.

Salimos de la tienda y entramos a la que estaba buscando. Conseguí exactamente lo que quería.

Cuando caminamos de regreso al hotel, vi un centro artesanal y hubo algo que me llamo la atención. Era tallado en madera, una flor, cada pétalo era perfectamente tallado y formaba coronas, varias capas y en la parte superior había un vidrio de forma redonda simulando la parte central de la flor.

La tome entre mis manos. Encajaba perfectamente en ellas.

-Es única en su especie. La hice yo mismo – un anciano me sonrío – tiene una sorpresa. Puedo tallar 4 frases en letras muy pequeñas que no se notaran, pero si te acercas y observas por el vidrio se verán claramente. Si giras capa por capa de pétalos aparecerá una frase diferente.