CAPÍTULO 108

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No sabía como había llegado a su lado, solo sabía que estaba con ella por que mi corazón había dejado de doler.

Abrir mis ojos fue una tortura.

Maldito alcohol, mi cabeza dolería por un buen tiempo.

Su respiración, mi nuevo sonido favorito, era todo lo escuchaba. Sus manos se aferraban a su pecho mientras mis brazos la envolvía. Toque cada rasgo de su rostro, era hermosa. Nadie podía decir que estaba muriendo.

Ni yo podía creerlo aún.

No solo la estaba matando su enfermedad, ella se estaba dejando morir completamente y yo no podía hacer nada.

Ella me apartaba y no podía entender porque aunque se que debería. Por mi culpa ella llegó a perder a nuestro pequeño dejándola destrozada, algo me decía que no era eso. Algo en mi corazón me decía que ella no me culpaba pero aun así quiere que me aleje.

Necesito encontrar la manera de que me deje entrar, de que acepte lo que sentimos el uno por el otro y que luche.

- No puede quedarse por más tiempo. Si lo ven, estaré en problemas. – dijo una enfermera.

- ¿Cómo llegué aquí?

- Estaba ebrio preguntando por ella en UCI, le dije que estaba en otra habitación pero que no podía quedarse en ese estado. Tuve que perseguirle por el hospital. Tuvo suerte de no encontrarse con nadie de seguridad. Luego cuando llegó aquí… ella me pidió que lo dejara quedarse.

- ¿Ella... ella quisó me quede?

No pude evitar ilusionarme. En momentos como estos cualquier muestra de cariño hace que mi alma se llene de más esperanzas.

- Si, pero debe irse ahora. Por favor, permitirle quedarse no fue correcto.

Tenía razón, no podía permitir que tenga problemas pormi culpa. Volví a ver a mi niña que aún dormía placidamente, no quería dejarla, quería que se levantara a mi lado, quería que se diera cuenta que juntos podríamos lograr todo.

Me levante con cuidado de despertarla. Trate de acomodar mi ropa. Antes de salir encontré mi guitarra, ni siquiera recuerdo que hice con ella. En camino a la salida me encontré con mi tía que solo me hizo un asentimiento para que la siguiera a su consultorio.

- ¿Cómo está ella? – pregunté.

- No mejor. – suspiró. – El tratamiento no ha dejado que su enfermedad progrese pero no ha hecho nada para mejorar. Por el momento está estable, debemos tener confianza en que todo la terapia empezará a funcionar pronto.

Todo eran malas noticias. – No se que decir. Solo que me siento derrotado. No se como ayudar.

- Sé lo que debes hacer.

- Ilúminame, entonces. – Reproché disgustado.

- Dale esperanza, dale algo por lo que vivir. Un motivo para que quiera seguir.

- ¿Có… cómo?

- No estoy seguro de cómo pero tu debes saberlo. Ámala Josh, demuestrale que vale la pena luchar, demuéstrale que ustedes merecen una oportunidad. Muestrale cada cosa buena que hay. – Me abrazó. – Para empezar, puedes sacarle una sonrisa.

Tenía razón. La amaba y todo era posible con amor. Y sabía perfectamente cómo podía sacarle una sonrisa.

- Solo deseame suerte.

Salí totalmente decidido. Había recorrido un largo camino como para darme por vencido ahora.

En el pasillo me encontré con Alex en una silla de ruedas siendo llevada por un enfermero. Su rostro se tornó serio cuando me vio.

Un Enredado Amor  (Josh Hutcherson) EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora