CAPÍTULO 106

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Mi cuerpo estaba pesado. Lo sentía amortiguado, lograr moverlo era una tortura.

No necesitaba abrir mis ojos para saber donde estaba. El olor a limpio y antiséptico delataba a cualquier consultorio u hospital.

Lentamente logré abrir mis ojos encontrandome con la luz que entraba por el pasillo.

Mi gargante se sentía rasposa y adolorida. A mi lado, en una mesita, había agua embotellada. Tomó toda mi energía extender mi mano y alcanzarla. Mis músculos estaban agarrotados, como si hubieran pasado días sin ser usados.

El agua alivió mi garganta, tuve que evitar llorar cuando abrí mi boca y el dolor de mover mi mandíbula me azotó.

Lo último que recuerdo fue dolor. Mucho dolor y la desesperación al no poder respirar.

Pero ahora estaba a salvo. Y de una u otra manera espero que mejor.

Tenía que vivir. Por mi hijo y… por Josh.

Tendría mucho que explicar y será díficil pero si algo me pasa, si no lo logró, Josh tendrá a nuestro bebé. Tengo que sobrevivir por él, tengo que resistir hasta que mi pequeño llegue.

Poco a poco tomo conciencia de mi cuerpo y siento un peso contra mis piernas. Con mi cuello rígido trato de ver mejor al chico dormido a mi lado.

Sus manos se aferraban a mi manta.

Mi mano viaja a su cabello y empiezo a jugar con él. No recuerdo que lo haya tenido tan largo, sin duda he estado tan dsitraída que se me pasó por alto.

Lo siento revolverse y gira su rostro para enfrentarme. Sus ojos se abren aún más, como si estuviera sorprendido.

No entiendo a que se debe su sorpresa, es verdad, me desmayé pero despertaría en cualquier momento. Su reacción en shock me parece exagerda. Sus ojos siguen mirándome y me doy cuenta que no está respirando.

Por un momento no encuentro mi voz, y tratar de hacerlo lastima mi garganta pero de alguna manera lo hago. – Josh…

- Estás despierta – susurra luego de un momento.

- Si – mi voz es tan rasposa como se siente mi garganta. – Estoy bien.

Mis palabras rompen algo en él y un segundo despues se brazos están envolviéndome.

- Estas bien. No puedo creerlo, temí tanto que no volvieras. – Su voz empezó a perderse. Sabía que estaba al borde de las lágrimas y sinceramente no lograba entender su reacción.

- Josh…

- Te amo tanto. – sus manos abarcaban mis mejillas y su frente pegada a la mía. Sus lágrimas caídas se derramaban en mi cuello. – Lo siento… lo siento. Perdóname, por favor. No, no sabes el infierno que he estado viviendo…

- Tranquilo. – mumuré enroscando mis brazos a su cuerpo. Mi abrazó lo hizo llorar aún mas.

- No me odies – dijo en mi cuello – No puedo soportar perderte. No puedo…

Nos quedamos de esa manera por un momento. Cuando logró calmarse acercó la silla a la altura de mi cabeza y se sentó aferrándose a mi mano. - ¿Cómo te sientes?

– Rara. ¿Qué.. qué sucedió?

– Te desmayaste, te pusiste mal. Tú.. tú no despertabas y te ponías peor. Y dijeron que quizás no puedas despertar luego… no podía soportarlo, pero.. pero despertaste y…. – Él balbuceaba y no entendía que decía, solo podía notar que estaba a punto de llorar nuevamente – nuestro bebé…

Un Enredado Amor  (Josh Hutcherson) EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora