-Maldición – grito desesperada – estos mosquitos me van a comer viva.
-Te dije que usaras repelente – Diego me contesta divertido. Saca algo de su mochila – Debería dejar que sufrieras por cabezota, pero soy demasiado bueno para verte sufrir. Ahí va – me lanza su repelente.
-Discúlpame por odiar oler a esa cosa – le devuelvo su botellita – es asquerosa.
-Pero si sales vestida de esa manera – hace una seña señalando mi atuendo – debes buscar una manera de protegerte.
Miro la forma en que estoy vestida. Un short jean, una blusa azul de tiras y mi cabello metido dentro de una gorra. Mis botas de caucho que me dieron en la comunidad aunque no son lindas son prácticas cuando andamos por el barro como ahora.
Estamos caminando hacia una pequeña comunidad para administrar vacunas contra el paludismo al pequeño grupo que vive ahí. No se puede acceder en auto solo dos horas a pie. Diego y yo nos ofrecimos de voluntarios junto con el médico de la comunidad. La idea era escaparnos de recoger todo los instrumentos, camas, cocinas, todo lo que trajimos para la extensión. Prefiero mil veces esto que a ese horrible trabajo.
-Si me ponía cualquier otra cosa encima iba a morir de insolación.
-Yo pensé que querías obtener un bronceado – Diego siempre me saca una sonrisa.
Caminamos por otro rato cuando divisamos la comunidad. Llegamos y nos ponemos manos a la obra. Vacunamos alrededor de 45 personas. Tardamos unas 5 horas y ya estábamos de camino nuevamente al campamento.
Por suerte la noche había llegado y el calor había disminuido considerablemente. Lo único difícil era no tropezar con la maleza o alguna piedra en el camino. Diego iba detrás de mí. Caminos en silencio porque estábamos cansados por el día. Lo único que quería era llegar al campamento, pegarme un baño en el río y meterme en la cama.
Mañana iríamos a un centro turístico y celebraríamos el final de otra extensión más. Y por la noche nuestro transporte vendrá para llevarnos nuevamente a casa.
-Luz!! Veo la luz – grita mi amigo dramático haciéndonos reír cuando las luces del campamente asoman entre la vegetación.
-Nunca he conocido a nadie más dramático que tú. Deberías ser actor – le aseguro.
-Tienes razón. Tú tienes una debilidad por actores. Quizás tenga mejor suerte si lo soy – su comentario fue como un balde de agua fría. El mira mi cambio de humor y cambia de tema para evitar la incomodidad.
-Te ves horrible – me dice Fernanda en cuanto me ve.
-Si quisiera alguien que me diga lo obvio fueras la primera a quien buscara – ella me da u guiño divertido, pero algo en su expresión me dice que está nerviosa. Es la forma de parpadear cada 4 segundos. La conozco como la palma de mi mano – Vamos. Suelta la sopa.
-¿De qué hablas? – me pregunta ahora parpadeando más seguido. En verdad está escondiendo algo.
-Dímelo Fernanda. Escondes algo. No lo niegues. Te conozco como la palma de mi mano.
-Vale. Si escondo algo pero no te diré ahora. Lo comprenderás luego. Ahora te sugiero que vayas por un baño. Apestas.
- Definitivamente te encanta recalcar lo obvio. Ahora voy. Me acompañas? – el sitio donde tomamos nuestro baño está a 5 minutos a pie. El río en ese lugar se amplía formando una especie de lago no correntoso donde podemos nadar y es perfecto para bañarnos. Pero no me agrada la idea de ir sola de noche a ese sito.
- No puedo, soy la encargada de preparar los bocadillos para más noche – le frunzo el ceño para tratar de convencerla – tranquila no te pasará nada. Te aseguro que disfrutaras. Yo me encargaré de que nadie más vaya. Así tienes todo el sitio para tú y tú…. Tus pensamientos.
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Un Enredado Amor (Josh Hutcherson) Editando
FanfictionUn Enredado Amor - Josh Hutcherson y tu :) Alex regresa de su viaje de estudio de los Estados Unidos a su país natal en Latinoamérica. Ella es experta en huir de sus problemas románticos y esta no es la excepción, pero a su regreso se dará cuenta qu...