CAPÍTULO 66

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*3 MESES DESPUÉS*

- Me tengo que ir pequeña. No me mires así. Solo serán 3 días no me extrañaras.

- Claro que te extrañaré. No me gusta que viajes tanto. Me tienes muy abandonada – le dije a mi novio. Sabía que no podía evitar que se vaya pero odiaba que este lejos de mí. De cierto modo me volví adicta a su presencia, todo iba bien cuando él estaba a mi lado.

- Tú sabes que si no fuera porque tengo que ir me quedaría contigo. Mis noches sin ti a mi lado son demasiado largas, Princesa.

Tenía razón. Tenía sus responsabilidades pero odiaba que tenga que viajar. Su maestría en ingienería lo obligaba a viajar por todo el país en sus pasantías que eran parte de su materia de diseños modernos y contemporáneos.

Últimamente me sentía abandonada. Algunas veces era incomodo salir con mis amigos, todos tenían novios y yo iba de violinista.

- Sabes que te quiero, Alex. Eres todo lo que necesito para estar completo. No me lo hagas más difícil, de por sí, una parte de mí se queda contigo.

- Lo lamento – le digo haciendo un puchero – pero no puedo evitar extrañarte tanto. Te amo, pequeño.

No anticipé su reacción pero se acercó y poso sus dulces labios sobre los míos. Fue un beso delicado pero al mismo tiempo ansioso. Cuando se alejó, por falta de aire, pude ver una de sus grandes sonrisas en su rostro.

- Y yo te amo más de lo que puedes imaginar – con que era eso. Traté de hacer memoria y me di cuenta que era la primera vez que decía esas palabras. Y no me arrepentía, lo amaba con todo mi corazón. Él era mi vida y no pudiera sentirme completa sin él a mi lado.

- Debes irte o te ataré a mi cama.

- Eso es algo que me gustaría – Me guiñó - Te amo – dijo contra mis labios en un último beso de despedida. Tomó su pequeña maleta y salió.

Me vestí y salí al encuentro de una persona especial. Hacía mucho que no lo veía y aunque me trae recuerdos, tengo que enfrentarlo. No puedo esconderme de mis problemas por siempre.

- ¡CONNOR! – Chilló  de emoción abrazando a mi amigo.

- Pequeña, te extrañé demasiado. No puedo creer que estés aquí – envuelta en sus brazos me levantó del suelo y giró conmigo.

- Eres fuerte, niño  – le dije mientras entrabamos en la heladería.

- Tengo 19 años, la misma edad que tú cuando te conocí,  ya no deberías tratarme como un niño.

- Vamos – me senté frente a él – Sabes que eres como un hermano menor para mí.

- Y tú eres mi molesta hermana mayor – en ese momento llegó la camarera y tomó nuestra orden. En seguida nos trajo nuestros helados. De mora para Connor y de Oreo para mí**.

- ¿Qué tal la mudanza? ¿Cómo te sientes viviendo aquí?

- Fue ajetreado – le respondí – pero es una experiencia nueva. Antes extrañaba a todo mundo y eso que tenía a Peter y a Kristin. Ahora extraño a mis padres, sí, pero tener a mis amigos conmigo lo hace fantabuloso. Es como esas típicas ideas de adolescente en las que vives con tus amigos sin supervisión.

- Genial, dales saludos de mi parte – asiento. Su mirada se torna seria - ¿Cómo… van las cosas con Darío?

No entiendo por qué le cuesta tocar el tema. Quizás solo me imagino su incomodidad. – Demasiado bien. Vivir juntos nos ha unido aún más, si eso es posible.

- Ya veo que eres feliz. – definitivamente su tono melancólico no viene de mi imaginación.

- Si… lo soy – le digo insegura. No porque no sea feliz si no por su actitud. Lo miro inquisitivamente preguntando con mi mirada la razón de su actitud.

Un Enredado Amor  (Josh Hutcherson) EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora