CAPÍTULO 26

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No puedo creer como mi enojo se esfumo con un simple discurso de Josh. Él debe entender que odio que las personas me controlen o quieran interferir en mis decisiones, así son las cosas conmigo. Además no entiendo porque siente celos, le he demostrado de mil formas que solo lo quiero a él, sería incapaz de engañarlo, eso es algo imperdonable, no  entiendo como las personas puedes engañar a sus parejas, es del asco, si Josh me hiciera ello, nunca, nunca, por más que lo quiera lo perdonaría.

Me meto en la ducha refrescándome. Mis músculos simplemente se relajan con las gotas cayendo por mi cuerpo. La ducha definitivamente es el lugar más perfecto para meditar. Sonrío al recordar a mi novio. Ese niño me trae saltando en un pie, simplemente es perfecto.

Salgo de la ducha y me envuelvo en la toalla. Nunca he podido cambiarme, olvide mi ropa por la no costumbre. Dudo que haya problema, Josh entrará y podré cambiarme tranquilamente. Abro la puerta despacio y lo veo de espaldas buscando algo en su maleta que está sobre la cama.

-Listo puedes entrar – se gira para verme y s boca literalmente cayo. Me di cuenta de sus ojos observando de arriba abajo recorriendo cada centímetro de mi cuerpo. Mi sonrojo debe ser evidente cuando me di cuenta lo imprudente que fui, esto es una forma de provocarlo, después de todo es un chico -¿Josh?

Siento como traga y un gemido bajo sale de su garganta, me siento nerviosa ante su mirada llena de lujuria, mi cuerpo tiembla pero al mismo tiempo una sensación de hormigueo recorre por mis venas, llenándome de sensaciones extrañas pero satisfactorias. Josh da un paso hacia mí notando mi incomodidad

-Lo lamento, no debí inspeccionarte de esa forma, no quise hacerte sentir incomoda - su pulgar acaricia mi mejilla bajando hacia mi mentón, enviando millares de ráfagas por mi columna

-No te preocupes, creo que después de todo eres un chico – cojo aire para continuar – no debería haber salido así…

-Si soy un chico – acuna mi rostro haciéndolo mirar – un chico que está loco por ti, pero que te respeta y nunca haría nada morboso y mucho menos algo que no quisieras..

Esas palabras hacen que mi corazón brinque de felicidad, no creo que haya alguien más dulce que mi novio. Así que junto nuestros labios para dulce beso, el cual corresponde sin dudarlo. Sus brazos se envuelven en mi cintura pegándome a su cuerpo lo que me hace vibrar de satisfacción.

Mis brazos automáticamente se enredan alrededor de su cuello y nuestro beso se profundiza. Nuestros labios se amoldan perfectamente y nuestras lenguas danzan. Mi corazón late a mil por hora, en estos momentos no sé si para vivir necesito aire o sus besos, simplemente me presiono más contra él.

Nuestro beso es más intenso y en verdad no quiero detenerlo, siento un hambre, una necesidad creciente por él. Nos movemos de un lado al otro mientras nos estrellamos en la cama. Él sobre mí sin romper nuestro beso. Mis manos viajan por su espalda de arriba abajo y mis dedos no pueden sentirse mejor sobre su piel.

Su boca abandona mis labios y empieza a recorrer mi mandíbula y mi cuello dejando pequeños besos y mordidas. Mi cuerpo está en alerta, cada movimiento que él hace me produce mayor satisfacción y necesidad.

Con mis manos tomo su rostro y lo atraigo hacia el mío. Sus besos son mi droga y soy una adicta a ellos. Su mano viaja desde mi rodilla hacia mi cadera, sus ojos me miran llenos de deseo y mi mente no puede pensar con claridad. Se lo que estamos haciendo, pero no sé si debemos detenernos.

Si romper nuestro beso, él hace que giremos para que yo este sobre él. Ese instante su maleta cae al suelo haciendo un gran estruendo, lo que nos hace reaccionar. Nos miramos por un instante respirando agitadamente. Mi sonrojo debió hacerse presente porque su rostro se tornó sombrío. Él sabe que me arrepiento de lo que acaba de pasar, pero la verdad es que ni yo estoy segura de ello.

Me aparto de él rápidamente sujetando mi toalla. Giro hacia dónde está mi ropa dándole la espalda. Escucho sus movimientos al ponerse de pie y avanzar suavemente hacia mí

-Deberías bañarte Josh – mi tono es desesperado, no quiero ver su rostro, mi vergüenza sería mayor – todos deben estarnos esperando

-Alex – su voz tiene un tono de suplica

-Apresúrate Josh, necesito cambiarme – él toma su toalla y entra al baño sin antes soltar un suspiro de frustración

Me cambio rápidamente, salgo lo más rápido de la cabaña. No debí permitir que esto pasará. No estoy lista aun para la intimidad y mi maldito cuerpo reacciona a sus caricias. Aun no es tiempo de que estemos juntos, no sé si este preparada para tener sexo alguna vez, pero no quiero que sea ahora.

Quiero que sea con la persona adecuada, en el momento adecuado. De verdad debo dejar de provocar a Josh, lo entiendo, él es hombre, es parte de su naturaleza buscar sexo. Pero si quiero que esto funcione debo evitarlo. Quizás sea mi inseguridad de que él solo busque eso en mí, o quizás sea por mí propia inseguridad.

-Alex ¿estás bien? – Diego me saca de mis pensamientos

-Claro, no pasa nada – mi respuesta es muy insegura

-No te metí en problemas con tu novio por mis comentarios ¿verdad?

-No para nada, él es un poco celoso pero puedo controlar eso

-Es un buen tipo ¿verdad?

-Si lo es – una sonrisa se forma en mi rostro ante su recuerdo

-¿lo quieres no es así?

-Sí, debo admitirlo, lo quiero mucho

-¿Entonces no tengo ninguna esperanza?

-Lo lamento Diego, no quiero dañarte pero no me imagino mi vida con alguien más que no sea Josh

-No te preocupes, yo estoy feliz de que tu encuentres el amor, por lo menos siempre seré tu amigo, eso es suficiente para mí

-Siempre Diego, siempre serás un gran amigo para mí, porque siempre estas a mi lado para acompañarme en mis locuras, siempre me comprendes y me apoyas sin juzgarme – lo abrazo – me perdonaste luego de dejarte por Darío, eso fue importante para mí

-Sabía que Darío era un estúpido, pero era tu felicidad en esos momentos, no niego que me dolió, pero la satisfacción de verte feliz supero todos esos malos sentimientos

Nos quedamos abrazados por un momento, este niño en verdad era dulce, no entiendo como no me enamore de él. Aunque ahora es tarde para eso, quiero a Josh, él me hace feliz.

-Gracias Diego, en verdad – beso su mejilla y me separó de él. Regreso mi vista hacia la cabaña donde veo a Josh parado mirándome con decepción. El cierra la puerta bruscamente y se dirige al bar. Mierda, esta celoso y esta vez tengo que darle la razón. No quise que hablemos sobre lo que paso, salgo de la cabaña casi huyendo y el me ve abrazando y besando a otro.

Camino detrás de él, pero su paso es rápido. En un momento desaparece de mi campo visual. Lo busco sin encontrarlo. No sé dónde está, mi desesperación va en aumento y mi corazón quiere llorar. Regreso a la cabaña y me tumbo a la cama a llorar. Por lo estúpida que soy, por hacerle y hacernos daño.

Un Enredado Amor  (Josh Hutcherson) EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora