CAPÍTULO 107

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No podía verla.

Tenía prohibida la entrada por que ella lo pidio así. Yo me estaba muriendo lentamente cada segundo sin poder verla.

Se que esta bien, lo dicen todos, pero no poder constatarlo yo me estaba ahogando.

Le había causado dolor y sabía que debía alejarme. Había traicionado su confianza por mis propios motivos egoístas. ¿Dónde quedó ese chico que decía que sería feliz mientras ella lo sería asi sea con otro? No lo sé, solo encuentro a un hombre desesperado, con muchos errores, lleno de egoísmo y… amor.

No puedo justificarme con esa palabra. El amor no traiciona y yo lo he hecho, pero sin ella… no se como vivir sin ella.

Veía entrar y salir a personas por aquellas puertas, me decían que estaba bien pero no era suficiente.

Ya mas tarde todos fueron a casa, ya no había caso quedarnos toda la noche porque nada cambiaría pero yo simplemente me negaba a poner mas espacio entre nosotros. Para la mañana había llegado a mi límite y empecé a idear un plan.

Horas mas tarde, tuve que sobornar a un interno para que me prestara su uniforme. Me aseguré que todo estuviera listo para el cambio de turno, ya que mi tía terminaría su turno y entre llegadas y salida de personal médico habría menos personas que puedan atraparme.

A veces mi estatura me traía problemas, como ahora cuando tuve que doblar las bastas del pantalón prestado. Me costaba hacerlo ya que mis manos por alguna razon temblaban.

No estaba preparado para enfrentarla pero sabía que teníaque hacerlo. Tenía que rogarle por su perdón y por una oportunidad. Confiaba en que si estabamos juntos todo iría mejor.

Mi aliado distrajo al guardia de la entrada y aproveché para entrar. Tenía que ir lento para no levantar sospechas. Fingía leer una historia clínica que encontre en la estación de enfermería.

Las persianas de su habitación estaban entreabiertas. Me detuve un momento para tomar un respiro y me asomé con cuidado.

El aire quedó atrapado en mis pulmones. Mi corazón quedó destrozado ante la imagen. Ya no conseguía encontrar la manera de tenerla. Ya no sabía que más hacer para que se quede a mi lado.

Ella iba a tener un hijo mío. Ella había estado enamorada de mí, Fer lo dijo, ese día ella iba a decirme que me amaba.

Salí de ese lugar lo más rápido posible. Si no hubiera sido porque tuve que devolver el uniforme habría echado a correr, no quería meter en problemas a nadie más.

Como siempre quise refugiarme en el alcohol, no era correcto ni sensato pero la mayoría de veces me había traído recompensas. Había logrado que el dolor desapareciera por un momento mientras me inundaban los recuerdos y al mismo tiempo me habían llevado a ella. Ella me cuidaba y se preocupaba, eran los sentimientos más reales que había sentido de ella.

Yo siempre sestía dolor y me sumía en la desesperación. Yo siempre le buscaba y hacía lo imposible por ser feliz. Hacía sacrificios, le entregaba mi vida y ella siempre volví a él.

Aún la imagen de su beso rondaba mi cabeza llenandome de ira.

Ahora entedía la razón porque ella no me dejaba verla. Solo era el recuerdo de su traición.

Debía convencerme de que siempre lo elegiría sobre mí.

– Aquí estás. – Si. Había llamado a Claudia porque necesitaba que alguien cuide de mí.

– ¿Puedes pedirme un poco de vodka?

– Basta, Josh. – dijo molesta. – Estoy harta de verte destruirte por esa chica. Ten un poco de dignidad, ten un poco de amor propio.

Un Enredado Amor  (Josh Hutcherson) EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora