CAPÍTULO 45

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Desperté con una gran sonrisa en mi rostro y un gran dolor en mi espalda. Abrí los ojos cuando la luz se filtraba por mis párpados.

En mis brazos estaba Alex. Luego de bailar toda la noche quedamos dormidos en una hamaca, ella sobre mí, aunque adoro la posición mi columna opina lo contrario. Los demás partieron de regreso maso menos a las tres de la mañana. Fernanda y Santiago desaparecieron. Pero nosotros nos dormimos aquí junto al río.

Hoy tengo planeado una gran velada. Mañana será San Valentín y quiero hacer algo especial, algo que nunca olvide, que le haga amarme más. Todo eso ya está preparado, solo necesito un poco de ayuda de Fernanda para que todo esté completo.

La escucho suspirar y una lenta sonrisa se pasma en su rostro. Seguramente su sueño es muy bueno, espero que yo esté en él. Como siempre, no puedo resistirme y mis inquietos labios empiezan a hacer su trabajo en todo su rostro.

Ella empieza a reír aun con los ojos cerrados y a revolverse sobre mí. Ese contacto hizo que mi pequeño amigo empezara a saltar, la vergüenza me atravesó, no quería que ella pensara que solo tenía sexo en mi mente.

-Nunca me dejas dormir, tienes algo contra mí -  siguió sonriendo. Bese sus labios sus párpados aun cerrados, sus mejillas.

-Lo siento, pero eres irresistible- le digo la verdad.

-No me quiero imaginar cómo sería si viviéramos juntos.

-Seguramente no te dejara salir de la cama y no precisamente porque estuviéramos durmiendo.

-¿Ah sí? – se incorpora acomodándose lo mejor posible sobre mí. Con su índice traza la línea de mi mandíbula y la desliza por mi cuello. Su mirada es seductora, y cuando muerde su labio inferior sé que estoy condenadamente perdido – y.. ¿Qué se supone que haríamos en una cama si no vamos a dormir?

Su juego me excita aún más. No sé cuánto tiempo más voy a soportar sin abalanzarme sobre ella y hacerla gemir de placer – Pues te dejaría completamente desnuda, te recorrería cada parte de tu cuerpo con mi boca, te haría gemir y alcanzar la gloria con mi nombre saliendo de tus labios. Y lo repetiría todo una y otra vez.

-Ohhh – besa mi mandíbula, me sorprende que su sonrojo no haya llegado y amo que sus ojos reflejen deseo - ¿Qué tal si yo quiero jugar algo diferente?

-Espero que no estés hablando algo relacionado con cincuenta sombras de grey, porque si quieres jugar de esa manera deberías avisarme para mandar a construir un cuarto rojo – la idea de disfrutar de esa manera el sexo en cierta forma me emociona, no el hecho de usar sado si no de saber que podemos jugar y probar cosas nuevas para nuestro disfrute.

-No puedo creer que leíste cincuenta sombras – me da un suave golpe en el hombro – eres un pervertido Josh.

-¿Y tú como sabes de que se trata? Es obvio que lo has leído, pequeña pervertida – ella se sonroja y me divierto de su vergüenza. Empiezo a hacerle cosquillas y ella explota en risas. Nos revolvimos en nuestro estrecho espacio, hasta que por alguna razón caí de bruces al piso y ella sobre mí.

-Debo dejar de caer de esta manera – ella se sienta sobre mi amigo y no puedo evitar un gemido se me escape. Me mira divertida con su sexy ceja levantada.

-SI lo he leído, es una linda historia de amor.

-Si seguro que solo es por eso – la atraigo hacia mí para volver a besar y ella me lo pone fácil. La beso con pasión y necesidad. Ella se restriega sobre mí. Definitivamente está excitándome más y cuando un gemido escapo de su garganta confirme que ella también iba por mí mismo camino.

-Oh por Dios – la voz de Fernanda nos interrumpe, nuevamente. Definitivamente ella siempre es inoportuna, pero simplemente no puedo enojarme con ella - ¿Tengo que lanzarles agua para separarlos como si fueran perros?

Un Enredado Amor  (Josh Hutcherson) EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora