CAPÍTULO 102

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Apenas Josh salió de la habitación empujé a Darío contra la puerta para cerrarla. Esperaba que Josh se hubiera ido enseguida, pero no podía arriesgarme a que Darío lo encontrara aquí y mucho menos conmigo solo cubierta por una toalla y con Josh derramando sus sentimientos.

Darío besaba mis labios y muy a mi pesar lo correspondía. Sus manos ávidas estana por todo lado e iban en rumbo a algo que tenía que evitar. Se separó de mis labios por un momento y junto nuestras frentes.

– No pensé que aceptaras verme luego de lo estúpido que fui. Y no puedo creer que me tomara dos meses para reaccionar.  – Me había llamado está llamada y rogado que habláramos. Le dije que si y el di el código de acceso.

– Escúchame, por favor. Fui un completo imbecil. Nunca debí tratarte de esa manera y mucho menos exigirte que me demuestres lo que sientes por mi. Nuestra relación siempre ha sido algo más que solo sexo. No es excusa, pero me estaba volviendo loco. Parecía que te estaba perdiendo, ya no querías estar conmigo y en verdad extrañaba tenerte de esa manera. Se que estuve siendo paranoico porque me parecía que cada beso y caricia que te daba te hacía querer salir corriendo, pero mi mente solo viajaba en que quizás ya no me amabas más. – Eso era lo que sucedía, no sabía exactamente que sentía y no quería desperdiciar lo que queda de mi vida en tratar de descubrirlo. – Lo siento. Por ser alguien que no mereces, lo siento por mis inseguridades, pero temo perderte. Y tú… estabas pasando mucho tiempo con Josh y eso me estaba volviendo loco. Tenía que quedarme callado y no decir nada pero en mi interior sabía que solo era miedo de que si preguntaba, admitieras que quieres estar con él y dejarme.

Claro, que dudaba de Josh. fui ingenua al pensar que lo había superado, auqnue siendo realista tenía todas las razones. – No sabía que te sentías de esa manera. Lo siento por no detenerme a pensar en ti. No volvera a suceder.

De verdad lo sentía, porque al parecer no me detengo en pensar en nadie cuanto tomo mis decisiones aunque yo creía que sí. – Te amo ¿Si? – sus labios volvieron a estar sobre los míos de una manera dulce.

Y traté de dejarme llevar por el beso. Tal vez si encontraba mis verdaderos sentimeintos por él, tdo volvería a estar en su lugar. Pero se sentía tan, tan incorrecto besarlo.

No podía solo olvidarme de Josh, de cada caricia, de cada beso, cada de broma y de cada instantes juntos. Sería mas fácil si yo tambien pudiera dejarlo ir.

La mano de Darío tiraba de mi toalla y tuve que detenerlo. – No quiero pelear, no quiero que dudes, pero no me siento bien como para hacer esto ahora.

Tomó un lento suspiro pero sonrío. – No hay problema con eso. Me conformó con sostenerte en mis brazos. ¿Estás bien? Ally está muy preocupada contigo desde que no has ido a clases.

- Solo me he estado sintiendo un poco enferma. Creo que contraje algún virus estomacal. Practicamente devuelvo toda mi comida y siento como si fuera a desmayarme.

- Oh. ¿No deberías ir al médico? – lo miré inquisitivamente – Ok. Eres médico. ¿No deberías medicarte?

- Normalmente los virus cumplen su ciclo vital y desaparecen, solo estoy esperando por eso.

- Te ves cansada. ¿Te parece si voy por algo que podamos comer y luego dormir?

Asentí y él se disparó por la puerta. Decidí vestirme con ropa abrigada y cómoda. Me entretuve leyendo mientras Darío regresaba.  Trajo hamburguesas para cada uno.

Apenas abrió la bolsa y el olor grasoso se filtró en mi nariz que me apresuré hacia el baño antes de que todo mi estómago se derramara en el cuarto. No tomó mucho para que el vómito se detuviera.

Un Enredado Amor  (Josh Hutcherson) EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora