CAPÍTULO 61

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- Estoy embarazada.

No podía creerlo. Lo sospechaba, pero no podía estar segura.

- ¿desde cuándo lo sabes? – me aferré a mi amiga en un abrazo.

- Lo sabía desde que no llegó mi periodo y ahora tengo 18 semanas de embarazo. No sé qué voy a hacer.

Me sentía pésimo por ser una mala amiga. Abracé a Fernanda mientras lloraba.

Había notado los síntomas el mes pasado, tampoco le pregunté si se había cuidado cuando estuvo con Santiago en la playa después de lo que me dijo cuándo pensé que yo estaba embarazada de Josh.

- ¿Por qué no me lo dijiste cuando supiste? – me dolía que me oculte cosas.

- Tenía miedo. No sabía qué hacer. Quise… quise abortar ¿vale? – me impresionó esa confesión. Ella era un mar de lágrimas - Y no quería que te decepcionaras de mí. No pude. Es mi hijo y suyo. Es un pedacito de ambos. Estaba confundida y luego Josh y tú… no podía abrumarte más.

- Oh por Dios – la abracé más fuerte y lloré con ella – soy una pésima amiga, Fer. Tu estuviste ahí para mí y yo te defraudé.

- Tú tenías mucho con lo que lidiar. Yo no… no podía empeorar las cosas para ti.

- ¿Y qué hay de ti? Necesitabas a alguien – me necesitaba y yo solo me concentré en mis problemas.

Estuvimos así por otro momento. Yo consolándola, susurrándole palabras de aliento. Sé lo que siente, lo experimenté en carne propia. Se siente sola. Perdida. Desorientada, sin saber que le depara el futuro.

- Mi mamá ya lo sabe – suelta – Se siente decepcionada. La decepcioné pero finalmente me apoyará. Pero será difícil. Tendré que decir adiós a la oportunidad de obtener una beca para un posgrado. Tendré que buscar empleo inmediatamente. Mi mamá dijo que ayudará a cuidarlo.

- Tranquila. Habrá maneras. Hay muchas personas que estudian y son madres. Tú sabes que pagan bien si trabajas como residente.

Lo bueno de ser estudiante de posgrado es que nos aseguran un trabajo como residentes en algún hospital o clínica mientras terminamos de estudiar.

- Pero ese dinero no será suficiente para pagar mantenerme al bebé y a mí y encima un préstamo si no consigo una beca.

- Pero tú no eres la única responsable de ese bebé. Santiago tiene que ayudarte con ello – al oír el nombre de mi amigo empezó a sollozar de nuevo.

- Debe estar en camino. Mi mamá dice que es lo mejor, que es algo que ya no podré ocultar por mucho más tiempo y que mi bebé necesita un padre.

- Es lo justo… para todos.

Como si fuera invocado, Santiago entró en la habitación de Fernanda. Nos miró preocupado al notar que habíamos llorado. - ¿Qué sucede?

Fernanda se sentó derecha y se secó las lágrimas. Él la vio con preocupación y curiosidad. Se acercó a ella, se puso en cuclillas y tomó su mentón - ¿Qué sucede, chica bonita?

Sonrío al recordar la forma en que él la llamaba cuando estaban juntos. Eran la pareja perfecta. Se querían. No tenían que haberse separado. Ahora tendrán un hijo. Tal vez eso les ayude a reconocer lo que sienten. Sé que mi amiga lo quiere y según Josh, Santiago siente lo mismo aunque esté con Lisset.

Josh. Siempre está presente. Cada día era más difícil. Lo extrañaba malditamente, pensaba en el cada momento que mi mente no estaba ocupada. Aun no podía superarlo.

Me concentré en Santiago secando las lágrimas de mi amiga con sus pulgares. Se aman. Es evidente.

- Estoy embarazada.

Un Enredado Amor  (Josh Hutcherson) EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora