CAPÍTULO 42

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Capítulo 42

-¿Qué medicamento prescribo? – Fernanda me pregunta mientras trabajamos en nuestro turno de externado en el hospital.

-Amoxicilina más ácido clavulánico. Creo que viene en jarabe de 250 mg en 5 mililitros en frasco de 60 mililitros. También dale paracetamol, 5 ml cada 8 horas por tres días para la fiebre – nos encontrábamos medicando a un niño de 5 años con amigdalitis.

Desde que estamos en tercer año tenemos que cubrir ciertas horas en el hospital, donde hipotéticamente tratamos a los pacientes, antes de aprobar el tratamiento uno de nuestros tutores confirma si lo hicimos bien. En verdad es un trabajo cansado pero te deja muchas recompensas, te hace querer seguir estudiando aunque sabes lo duro que es.

-No sé cómo puedes aprenderte todas las dosis y presentaciones –me dice Fernanda mientras nos acomodamos en los asientos junto al escritorio. El reloj indica 3am. – Odio Farmacología.

-Eso es gracias a Josh.

-¿Qué tiene que ver Josh en que te sepas las dosis de medicamento?

-A veces pasamos horas en videollamadas y ya no tenemos de que hablar así que él se pone a tomarme la lección de medicamentos. Ahora lo hacemos todas las noches y aunque no lo creas él se sabe mejor que yo, tiene una excelente memoria.

-Me imagino que es por memorizar sus líneas. ¿Y has hablando con él desde noche vieja?

-No, no hemos coincidido en el chat ni nada. Pero apenas han pasado 2 días, pronto se reportará.

-Por suerte no eres de esas chicas que se obsesionan por saber cada paso que da su novio.

-Lo que Josh y yo tenemos funciona porque nos tenemos confianza. Yo le puedo decir cualquier cosa y él igual.

-Bueno pues te envidio hermana. Tu novio es un chico fantástico además de que tiene un trasero fabuloso.

-No dijiste eso ¿verdad? – su sonrisa satisfecha me provoca querer golpearla y echarme a reír – no le viste el trasero de mi novio, Fernanda.

-Que te puedo decir. Soy una chica y tengo ojos. Y ese trasero definitivamente debía ser analizado.

-Ese trasero es mío, y te agradecería que no fantasees con él.

-Eso es imposible.  – la miro ceñuda y ella se hecha a reír. Yo también lo hago luego de darme cuenta lo estúpida que soy sintiendo celos por tonterías. Mi celular suena interrumpiendo nuestra risa. Lo reviso encontrándome con la mara de mi novio en la pantalla – Bueno ya era hora que Romeo llamara.

-¿Cómo sabes que es él?

-Es fácil. Tus ojos se iluminan cada vez que piensas o pasa algo que se refiere a él. Anda contéstale yo voy al baño – sonreí ante su afirmación y atendí la llamada.

-Hola pequeño, extrañaba oír tu voz – mi emoción era palpable.

-Alex, mi amor perdóneme por favor, lo lamento mucho… - su voz tenía un tono de tristeza.

-No te aflijas por no llamarme un día. Creo que puedo sobrevivir a eso.

-Te amo. Lo sabes ¿verdad? – su voz expresaba desesperación lo que empezó a preocuparme.

-Lo sé. Yo también te amo. Josh… ¿está todo bien? – él se demora en responder lo que me hace preocuparme aún más.

-Sí – su aliento se escapa de alivio – todo está bien. Solo necesitaba oír que me amas, que todo está bien. Lo necesitaba tanto…

Un Enredado Amor  (Josh Hutcherson) EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora