CAPÍTULO 85

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La vi correr lejos de mí. No era lo que esperaba después de declararle mi amor pero debí suponer que le haría daño.

Soy un imbécil.

Miré al estúpido de su novio que ni siquiera se había percatado de que ella no estaba. Caminé en la dirección que tomó. El baño de mujeres. Debí suponerlo.

Vi salir a dos señoras de ahí, esperé un momento por si alguien más salía y luego de un momento entré. Nuestras miradas se encontraron a través del espejo. Eché el cerrojo a la puerta del baño y la enfrente. Ella bajo la vista al grifo y metió sus manos en el agua.  Su cercanía provocaba que todo mi ser quisiera saltar sobre ella. Su perfume llegó a mi nariz envolviéndome en ese dulce y atrayente aroma.

- Este es el baño de mujeres – dijo aun mirando sus manos.

- Lo sé.

- ¿Entonces qué haces aquí? – preguntó mientras tomaba una toalla de papel para secarse.

- Tenía que verte a solas.

- ¿Para qué? – odiaba cuando preguntaba cosas obvias solo para ganar tiempo.

- ¿Crees que necesito una razón?

- Si – su voz sonó duro, pero tenía un tono de nerviosismo que ella trataba de esconder. No quería hacerme ilusiones pero sentía que mi cercanía también le afectaba.

- ¿Por qué? – empecé a acercarme. A su vez, ella retrocedía hasta que se encontró con una pared.

- Porque no somos nada y no quiero tenerte cerca. Eso te lo dejado claro todas las veces que nos hemos encontrado.

- ¿Por qué? – estaba frente a ella. Trataba de encontrar su mirada.

- ¿Necesito una razón para no quererte cerca? Porque tengo una lista de la que podrías elegir si quieres verla aunque creo que eres lo suficientemente inteligente para saber cuáles son mis puntos.

- Amo cuando usas el sarcasmo – apoye una de mis manos contra la pared a nivel de su cabeza – Esa parte tuya de responder tan rápidamente de una manera inteligente siempre me ha parecido intrigante.

- Gracias. Me alegra saber que soy un objeto de estudio.

- Este no es momento para sarcasmo, Alexandra.

- Tienes razón. Es momento de que yo regresé con MI novio. – recordar a ese me dolió. Cuando ella estaba cerca de mí no podía más que pensar en su presencia mientras que ella siempre lo tenía presente.

- No te vayas - le susurré suplicante cuando trato de pasar junto a mí. De alguna manera ella volvió a estar contra la pared y mis antebrazos apoyados en ella a cada lado de su cabeza. Nuestros rostros solo estaba a centímetros.

- Esto no tiene sentido, Josh. – su aliento rozaba con el mío. Estaba perdiéndome en el millón de sensaciones que ella provocaba. Nadie podía cortar ese hilo que nos conectaba. Esa atracción que nos había unido desde el día que nos conocimos.

- ¿Qué cosa? - Moví su cabello a un lado y acerqué mi cara a su cuello, envolviéndome a un más en su aroma. Cerró sus ojos cuando mis labios se posaron en su hombro haciendo que se estremeciera  y que un pequeño suspiro escapara de su boca.

No podía negarlo. Yo también podía afectarla de la misma manera que ella a mí.

Mantuvo sus ojos cerrados mientras respondía – Esto. Tú y yo. No tiene sentido.

- Yo diría que tiene mucho sentido. – Mis labios subieron hasta su oreja acariciando todo el trayecto. Amaba sentirla reaccionar bajo mis caricias. Lo que no soportaba es que ella tratara de ocultarlo.

Un Enredado Amor  (Josh Hutcherson) EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora