CAPÍTULO 50

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- Te Amo – gimió Josh cuando llego a su clímax, cayendo sobre mi cuerpo sin salir de mí. Nuestras respiraciones trataban de normalizarse.

Yo besaba la piel de su cuello. Era salado por su sudor pero a la vez era dulce. Salió de mí y con cuidado se quitó el preservativo, luego me acerco a su cuerpo caliente. Yo enredé mis piernas con las suyas.

-Parecemos conejos – él se echó a reír y beso mi frente – esto para nada es un día de compras y cine.

Supuestamente salimos hoy a comprar unos pequeños recuerdos para que Josh se los lleve a su familia y amigos, pues en 2 días volvía a Los Ángeles. Luego de eso íbamos a ir al cine, pero mientras aparcamos el auto en el estacionamiento oscuro las cosas se calentaron un poco.

En realidad fue mucho, porque terminamos saliendo del auto y entrando en el primer hotel que encontramos. Desde que retomamos nuestra vida “activa” hace más de 2 semanas no hemos pasado más de un día sin terminar en algún sitio haciendo el amor.

-Esa frase se la usa para cuando tiene millón de hijos, y como tú nos has obsequiado una caja de condones dudo que pueda aplicarse con nosotros – Josh siempre “olvidaba” el preservativo  pero yo siempre lo recordaba, aun no estaba preparada para ser madre – y tú fuiste quien me provocó.

-Solo te besé. Y fue apenas un pico.

-Eso es suficiente provocación desde mi punto de vista.

-Estás loco.

-Tú me vuelves loco – y nuevamente se cernió sobre mí. Estábamos listos para otra ronda pero su teléfono sonó.

-Contesta Josh – le pedí y sonó más como un gemido mientras sus labios mordisqueaban mi cuello.

-Puede esperar.

-Contesta. Puede ser importante – lo empuje y el hizo un de esos pucheros patéticos y contesto.

-Hola abuela. Espera un momento pongo alta voz – eso hizo y coloco el celular en la mesilla junto a la cama y volvió a acercarse a mí cubriéndonos con las sábanas.  Él estaba totalmente debajo repartiendo besos en mi abdomen

-Hola Alex – me saludo su abuela – espero no interrumpir nada.

-No se preocupe, no ha interrumpido nada.

-Oh que bien. Quería saber si puedes venir a merendar hoy?

-NO PUEDO – grité. Y Josh rio porque sabía que era su culpa. El mordió el interior de mi muslo izquierdo, de seguro hizo un chupetón. Últimamente me los hacía por todo el cuerpo. – Quiero decir, no puedo hoy abuela.

Sip. Abuela. Desde que Josh y yo andamos me pidió que le dijera abuela, ya que no tiene ninguna nieta mujer solo chicos – Tengo una reunión familiar, pero otro día con todo gusto – lo último lo dije con un grito ahogado ya que Josh seguía haciendo de las suyas conmigo.

-Basta Josh, deja que tu novia se pueda concentrar. No seas goloso – mis mejillas ardían. Sentía toda mi sangre drenarse a esa zona. No puedo creer que ella suponga que estamos teniendo sexo. Bueno es verdad pero es realmente incómodo.

-Tengo que aprovechar el poco tiempo que me queda – el muy descarado salió de debajo de las sábanas con una gran sonrisa mientras contestaba.

-No me imagino como serías si vivieras cerca de ella todo el tiempo.

-Pues creo que nunca nos verías abuela. La encerraría conmigo todo el tiempo.

-Holaaaa, estoy aquí – no sé cómo vería a la abuela de Josh a la cara la próxima vez.

Un Enredado Amor  (Josh Hutcherson) EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora