CAPÍTULO 78

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- ¿Josh? – mi mente estaba confundida y mi corazón había detenido su curso.

No estaba segura de lo que veía. Parecía que alguien me estaba jugando una mala pasada.

Cerré mis ojos y trataba de controla mi respiración.

Tenía sentido. Ahora podía entender la familiaridad con este chico. Ahora comprendía porque sus labios sobre los míos se amoldaban de la forma más natural.

- Alex – susurró. Tuve que mirarlo y enfrentarlo. Sus ojos me veían suplicantes haciendo que mi corazón se estrujara.

Sentí como mis ojos se llenaban de lágrimas. Su mano se alzó y se acercó a mi mejilla. Su piel se sentía suave contra la mía. Tuve que apartarme porque su presencia me hacía sentir débil.

Me puse de pie, tomé mi peluca y corrí de regreso a la fiesta. Lo escuché llamándome y venir detrás mío.

Atravesé la multitud de alguna manera. Temía desmayarme en cualquier momento. No quería enfrentarlo. No soportaba su cercanía. Me dolía.

Me hacía cuestionarme todo lo que sucedió. Me hacía recordar lo feliz que había sido a su lado y la duda de que fui injusta con lo que nos sucedió.

Ningún maldito taxi aparecía. Empecé a correr sin dirección, lo más rápido posible pero él me alcanzó en algún momento. Me tomó del brazo y aunque trate de zafarme no lo logré.

- Déjame – sollocé – me haces daño, Josh.

No me refería a lo físico, me refería a la forma en que mi mente, mi alma y mi corazón se enfrentaban con ideas contradictorias. Esa presión me estaba comiendo viva.

No había vuelto a llorar por nadie. Ni siquiera por mi novio. Prometí no dejarme derrumbar por cualquier cosa. Pero Josh no era cualquier cosa. Él era quien más me había causado dolor. La última persona por quien derramé lágrimas y la razón por la que ahora mis ojos querían hacerlo, nuevamente.

Su agarre se aflojó pero no me dejo ir. Nuestros ojos se encontraron por un largo rato sin que ninguno supiera que decir.

- Lo lamento – dijo.

- ¿Qué cosa? – pregunté en un susurro.

- Todo… no quise engañarte – me quede pesando. ¿no quiso engañarme? ¿Se refiere a que no quiso cachonearme con esa chica? ¿Admitiría que fue su culpa? – No quise ocultarte quien era. Solo te quería cerca… pensé que me reconocerías.

Con que era eso – Lo siento por no poder reconocerte con una máscara que prácticamente cubría toda tu cara y ¿qué le pasó a tu voz? – definitivamente hubiera reconocido su voz en cualquier lado, pero estaba diferente de como la recordaba.

- Amigdalitis – noté que me había soltado. Estaba a dos paso de mí, mirando directamente pero notaba su cuerpo tenso, como si estuviera alerta para corres por mí si tratara de escapar.

Levanté mi mano hacia su cuello y presioné suavemente alrededor de su traquea buscando cadenas ganglionares. Las encontré, por lo menos no mentía. Sus ojos se habían cerrado bajo mi tacto, su respiración se notaba entrecortada. Aparté mi mano.

- ¿Qué estas tomando para la infección? – quizás hablaba mi instinto médico o quizás solo quería desviar el tema de nosotros.

- Amoxicilina e ibuprofeno.

- Bien. En un par de día estarás como nuevo.

- Lo sé. Aprendía de la mejor doctora – podía verlo estudiándome. Notaba su miedo por cada palabra que decía.

Un Enredado Amor  (Josh Hutcherson) EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora