CAPÍTULO 98

1.7K 71 5
                                    

Capítulo 98

- ¿Estás bien, Alex?

Tenía nausea, mi cabeza daba vueltas, tenía frío y sentía que cualquier momento todo se volvería negro. – No, Ally. Me siento mal.

Me ayudó a sentarme en alguna silla del corredor. Tocó mi frente y luego mi pulso. – Estás helada , taquicárdica y tu pulso es filiforme*. Déjame tomar tu presión.

Sacó su tensiómetro de su bolso y me lo colocó. – Estas hipotensa, Alex. ¿Qué sucede?

Mi mente estaba al límite de la inconsciencia, pero traté de responder. – Llevo con mi período mas de 10 días. Estoy perdiendo mucha sangre. Ayúdame por favor. – me sentía ansiosa.

Mi mente nublada apenas notó que me llevaron a un hospital. Ally consiguió ayuda para trasladarme y ni bien llegué ella les explicó que al parecer tenía metrorragia* y me colocaron suero para reponer líquidos y medicación para que se deteniera mi sangrado. Le pedí que no llamara a nadie hasta saber que es lo que tengo.

Una cara conocida vino a mi encuentro. – Alexandra. Siempre es un gusto verte pero me sentiría halagada si me visitaras sana.

Sonreí. – Doctora Julianne. Creáme que a mí tampoco me gusta enfermarme.

- Nos diste un buen susto. ¿Cómo dejaste que te pasara esto?

- Muchas cosas en mi cabeza. Pensé que pasaría.

Su mirada de reproche me hizo sentir mal. – Alexandra. Desde que te conozco has tenido anemia, has sufrido infecciones que una persona sana no debería sufrir. Ahora vienes con sangrado  intenso y si mal no recuerdo estás tomando anticonceptivos por lo que esto no debería suceder. Eres médico, deberías preocuparte con tales signos de alarma. – Pasó su mano por mi brazo y su mirada se detuvo en mi moretón. - ¿Moretones? ¿Qué está sucediendo?

Y fue cuando la cruda realidad me atravesó. No había querido pensar en que algo malo me sucedía. – Tienes anemia, tu coagulación no esta bien. Creo que sabes perfectamente lo que estoy pensando que tienes.

La palabra resonaba por mi mente pero no podía decirla. Si lo hacía la realidad vendría sobre mí y aceptar que estoy muriendo me iba a destruir. – Yo… yo tuve leucemia cuando era niña.

- ¿Aguda o crónica? ¿Linfocítica o mielocítica? – empezó a acribillarme con millares de preguntas sobre mi enfermedad. Traté de explicarle lo mejor que pude, intenté imaginarme que solo era alguien a quién le contaba mi historia no a una persona que me decía que estaba enferma de nuevo y que yo simplemente no quería verlo.

- Leucemia mieloide crónica – dijo cada palabra como si intentara convencerse ella mísma – Es muy rara en niños. Esperemos que todo sea coincidencia y no hayas remitido.

Cada palabra me estaba hundiendo como si el peso del mundo estuviera cayendo en mis hombros. Me puse a llorar sin poder evitarlo. ¿Quién no lo haría en mi caso? Julianne me abrazó y me aferré a ella mientras sollozaba. Mi vida se caía en pedazos, simplemente estaba destinada a terminar mal. Quizás ese era mi castigo por jugar con los sentimientos de otras personas. Quizás ese era mi castigo por engañar a mi novio, por no poder dejar ir a Josh.

- Programaré una biopsia de médula lo más pronto posible, pero los resultados demorarán debido a que ahora todo ese tipo de exámenes lo enviamos a un laboratorio especializado y están teniendo ciertos problemas. Quiero verte en dos semanas.

En dos semanas, Josh y yo estaríamos lejos de toda esta locura. Saldremos en un par de días. No quería arruinar nada. Quería esto. Por lo menos si mi vida se estaba esfumando quería tener cada segundo de toda la felicidad que podía obtener y sabía que solo Josh podía hacerme olvidar del mundo. – No se lo diga a nadie, por favor.

Un Enredado Amor  (Josh Hutcherson) EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora