CAPÍTULO 53

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-Pues felicidades. Me perdiste - su tono sarcástico fue como otra bofeteada.

 Ella seguía caminando y no fui capaz de dejarla ir. No sabía que más decir, no tenía argumentos pero me negaba a perderla. Me duele hacerla sufrir, me duele que sea la razón de sus lágrimas. Soy un canalla, un imbécil, un ser despreciable que hirió a lo que más amaba.

Apenas bajé del avión y vine a buscarla. La vi salir de su turno y caminar sin rumbo fijo. No sabía que decirle, como abordarla solamente la seguí. Cuando entró en ese bar y la vi cantar, cada palabra me hizo sentir peor. Porque no era ella la única que sufría, también yo me estaba rompiendo por dentro.

Cuando ese tipo la agarro y ella quiso irse con él sentí morir. Ella era mí, siempre sería mía. Me dolió ver que ella defendía a aquel extraño, pero después de todo yo me gané su desprecio.

Cada palabra que dijo era verdad. Todo se veía así de ruin, yo era el malo de la película. Todo pudiera explicarse si ella creyera que la amo, para ella solo soy el ser que la usó y lastimo.

Nuevamente tropezó pero se puso de pie antes de que yo pueda ayudarla. La lluvia seguía cayendo a cantaros y me di cuenta de que si no hacía algo la perdería para siempre.

Corrí hacia ella, me atravesé en su camino. Me lanzo otra mirada llena de ira cuando la tome por sus hombros.

-Nunca te mentí sobre mis sentimientos. Lo de hacer nuestra relación publica fue idea de Steven que lamentablemente acepte. Lo de Shannon fue un error algo que no sé cómo diablos sucedió. Pero tienes que entender que lo único cierto es el hecho de que te amo. Te amo con todo mi corazón y no estoy dispuesto a perderte. Estoy dispuesto a luchar hasta conseguir tu perdón. Nunca mentí cuando te dije que eras la única persona para mí, te quiero en mi vida. Para siempre, Alex.

Ella quiso apartarse pero la tenía bien sujeta. A pesar de la lluvia pude ver sus lágrimas derramarse. Mi corazón se hacía más pequeño, se rompía en miles de pedacitos. La abracé, la envolví con todo mi cuerpo y aunque ella no respondió a este acto me sentí de cierto modo aliviado de que no me apartara – Te Amo, Alex. Nunca quise hacerte daño.

-Lo hiciste… mucho – y con eso destrozó mi alma. Deje caer mis brazos.

-Ya no quiero hacerlo – era verdad. Haría lo que fuera por quitar ese dolor.

-Pues vete, si de en verdad te importo aunque sea un poco vete y no me busques. Me hace daño tu presencia.

Ella empezó a caminar y en un intento desesperado la sujeté y la besé. Ella quiso apartarse al inicio pero se rindió ante mi desesperación. Tenía que aceptar la diferencia. Ya no eran esos besos que me hacían vibrar, que me hacían desatar mi pasión, era el beso en que sabía que todo estaba perdido.

Ya no había amor, bueno yo sabía que ella me amaba y yo a ella, pero ya no fue lo que nos trasmitíamos. Yo mostraba mi desesperación ante el peligro de perderla y ella el dolor y la furia que sentía hacia mí.

No sabía que más hacer. Afloje mi agarre y ella aprovechó para zafarse.

El dolor atravesó mi rostro y luego mi estómago cuando caí de bruces al piso. Ella me había dado un puñetazo y un rodillazo que me dejaron sin aire. Puede verla ahí de pie contemplándome.

-Nunca vuelvas a hacer eso, y nunca vuelvas a buscarme, Joshua. Este es el Adiós.

Deslizó el anillo que le había regalado y lo dejo caer a mi lado. Ahora si se marchó sin que nada pudiese hacer. La vi desaparecer de mi campo visual sintiéndome inútil por no poder hacer algo. Este era el final de mi historia de amor.

Un Enredado Amor  (Josh Hutcherson) EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora