CAPÍTULO 91

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Me detuve en seco cuando lo encontré en la joyería.

Había encargado una pulsera para el cumpleaños de mi mamá y venía a retirarla. Mientras esperaba, Darío entró por la puerta.

- Josh – saludó en mi dirección, luego de hacer su pedido y sentarse a mi lado a esperar.

- Darío – saludé de regreso. Iba a tratar de entablar a una conversación cuando una de las personas que atendían se acercó a él con una pequeña cajita.

Reveló un anillo de compromiso, delicado, sencillo, precioso. Mi aliento se quedó atrapado al entender el significado de esto.

- ¿Crees que le gusté? – preguntó.

Me tomo cada gramo de mi energía responder – Es su estilo.

- Tengo el anillo, ahora tengo que buscar la ocasión para proponérselo.

Iba a gritarle que había sido engañado. Quería decirle que ella había estado al borde de ser mía. Quería decirle que había sentido sus labios, sus caricias, sus suspiros. Pero mi pedido llegó.

- ¿Tienes tiempo para un café?

- Claro. – salí detrás de él y llegamos a una cafetería. Nos sentamos en silencio mientras esperábamos nuestros pedidos.

- ¿Sabías que yo le di su primer beso? – No y no quería saber eso. – Con mi hermano habíamos conocido por años a Fernanda, siempre nos reuníamos para un partido de baloncesto cada viernes. Un día Fer llegó con Alex diciendo que era su nueva vecina. Me impresionó desde aquel momento. Era dulce, divertida, sincera y muy hermosa. Jugamos un partido entre nosotros y en algún momento su tobillo se dobló. No lloró a pesar de que su tobillo se inflamo terriblemente. La llevé en brazos a su casa y ella se aferró a mí. Era una sensación extraña, como si ella perteneciera a ese lugar entre mis brazos.

Sonrió y sacudió su cabeza mientras seguía recordando – Le pregunté porque no lloró, mientras le colocaba una bolsa de hielo que me dio su mamá, yo personalmente hubiera hecho el gran drama. Quizás le inspiré confianza porque terminó contándome su historia. Leucemia. Había sufrido los peores dolores, un tobillo no era nada. Nos volvimos buenos amigos y cada día me gustaba más. Era… perfecta.

- Lo sé – aseguré.

- Cumplió 16 años y le hicimos una pequeña reunión para festejarlos. Había tenido un accidente días antes por lo que estaba enyesada por una pequeña fractura en su pie. Jugamos a la botella y los 2 señalados tenían que encerrarse en una de las habitaciones. La llevé en brazos cuando la botella nos apuntó a los dos. Mientras la depositaba en su cama ella me hizo cosquillas y caí sobre ella. La besé. No pude resistirme más, necesitaba probar esos labios que se burlaban de mi cada día, pero inmediatamente luego sabía que lo había hecho mal. No la merecía. Nadie la merecía. – suspiró – una semana después conseguí novia y evité a Alex a toda costa. Santiago que andaba con Fernanda le había confesado que aquel era su primer beso. Me sentí como la peor basura. Seguí evitándola y convenciéndome a mí mismo que estaba enamorado de mi novia.

- Ella tuvo novios. Varios. Pero sus relaciones no duraban mucho. Ingresó a la universidad y fue compañera de mi hermano. Ella estaba mucho a mí alrededor. Nuestra relación de amistad de alguna manera regresó en parte a ser la misma. Pero metí la pata cuando no puede resistirme a sus encantos y nos besamos. Y volvía a pasar una y otra vez cuando nos quedábamos solos. Me atraía tremendamente, eso es lo que quería pensar. Solo atracción física.

- Aprovechábamos cada momento para dejarnos llevar. Cuando ella estaba dispuesta a entregarse a mí, supe que me amaba y yo era el estúpido que se aprovechaba de eso y no le daba su lugar. Quería convencerla y convencerme a mí mismo que podía estar con ella y no era porque la amara. Mientras quitaba su ropa le dije que solo era físico, que la atracción era fuerte y que solo sería sexo. Ella huyó y no la seguí porque yo suponía que era lo mejor. La amaba tanto. Llegué a entenderlo cuando la vi irse, pero definitivamente yo no la merecía. Tendría que hacer lo necesario para cambiar eso. Me dolió saber que se iba a Denver, pero eso me daría tiempo de arreglar las cosas. Contaba cada día para su regreso. La besé en cuanto la tuve en mi frente. Tenía a la chica de mis sueños, la chica que amaba a mi lado. Nunca esperé que ella te conociera. El resto de la historia ya la conoces.

Un Enredado Amor  (Josh Hutcherson) EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora