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CAPITULO 106 LA ENEMIGA DEL AMOR

Muerte insensata y cruel que contigo

te llevas la esperanza, de amor y la felicidad

A Khaled le preocupaba sobremanera que su hermana no se despegara día y noche de la habitación donde permanecería Serkan, aun conectado al respirador, entubado y totalmente ajeno a este mundo.

Había hablado con los médicos y sus pronósticos no eran nada favorecedores, por más tiempo que pasara en ese estado su cuerpo se iba deteriorando, y su mente se perdía en el limbo.

No quería ni pensar que pasaría si llegaba a morir, eso hundiría a Raisha en el dolor mas profundo que corazón humano y enamorado pudiera resistir.

El había dado su vida por la de ella, pero sin el su vida carecía de sentido, el lo sabia, porque era lo que el mismo sentía al estar separado de Hessa.

Ya el odio que una vez sintió por Serkan había desaparecido, con su gesto valiente el había pagado las consecuencias de su error al ocultarle la verdad pero lo hizo para protegerla.

Enterarse que su matrimonio con Hadiya había sido una farsa y el chantaje al cual su padre lo sometió y prefirió arrancarse el corazón con tal de protegerla a ella, le hizo ver la grandeza de su amor, y contra el cual no hay argumentos, ni puede haber oposición.

Ese día era el turno de Khaled de acompañar a su hermana al hospital, le dio un beso en la frente antes que ella volviera a entrar en la habitación donde el permanecía recluido, horas y horas, ella se mantenía al pie de su lecho.

El por su parte sufría cada hora al pensar que muy pronto Hessa saldría definitivamente de su vida.

En estos días Alya había sido su apoyo, es quien como amiga lograba sacarle de vez en cuando una sonrisa.

Pero en las noches, en la soledad de su habitación es que vivía su propio infierno personal, odiándose a el mismo por aquellas palabras que dijo en un momento de ira, odiando aquella habitación que sin Hessa era una tortura.

En esas noches revivía también ese infierno que vivió de niño, con una madre que lo castigaba duramente, que solía encerrarlo por horas en el closet o aquellas palabras cargadas de odio que le decía.

Crecio por tanto no creyendo en el amor, temiendo entregar su corazón, porque su padre le había llenado la cabeza en contra de las mujeres, y el se había jurado jamás amar, hasta que llegó Hessa.

Esa ocasión cuando visito el teatro con Raisha donde Hessa actuó, esa noche se enamoro perdidamente, nunca ninguna mujer le había hecho lo que ella le hizo sentir con una mirada, con una sonrisa, pero su rechazo lo había enervado y se prometió conseguirla al precio que fuera.

No le habían enseñado a amar, así que no sabia como mostrar el amor, con las mujeres siempre fue sexo, nunca hubo sentimientos involucrados, pero con ella fue tan fácil dejar que su corazón se abriera por primera vez, fácil dejarse llevar y querer y desear no solo tener sexo con ella, sino una vida juntos.

Pero si la vida lo separaba de ella, ya ese Khaled que aprendió a ser con ella desaparecería, era un hombre de tradiciones arraigadas, un hombre que no actuaria según el corazón sino según a lo que determinaba su mente.

Ahora eres tu Hessa quien ha tomado mi corazón y lo ha arrojado.

No volveré a sentir con el corazón, seré quien debí ser siempre, un hombre de honor que no permitirá que ninguna mujer, ni que nadie lo humille.

No rogare, no suplicare amor, porque si la felicidad me es negada, si el amor no me es permitido lo sustituiré con placeres que me harán olvidar tu calor y tu piel.