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CAPITULO 111 La fuerza de un gran amor

Cuando dos almas estan destinadas a estar juntas

no hay nada que pueda impedirlo.

El tiempo, la distancia, la muerte

no es suficiente para acabar

con la fuerza verdadera de un gran amor.

2 Meses después....

Raisha tenia 8 años cuando tras morir su padre, su madre anuncio que se iría de la casa.

Raisha se había criado con un profundo resentimiento en su corazón hacia su madre pero también con un gran vacio, así que se volvió una niña aislada, solo Hadiya y luego Alya se convirtieron en esas s amigas que jamás la cuestionaron y apoyaron.

Pero dolía crecer sabiendo que su madre jamás la había amado, que se había marchado y no volvió a mirar nunca atrás.

Cumplir años y que ella no estuviera para apagar la vela.

Que en su graduación no estuviera en primera fila mirándola orgullosa.

Por años quiso creer que no importaba, que no le afectaba, se saco todo sentimiento que sentía por su madre del corazón, eso creía porque cuidadosamente escondió aquellos sentimientos en lo mas profundo de su alma, en un rincón escondido de su mente. Pero ahora sentía que era cuando mas necesitaba el abrazo de una madre, su consuelo, sus palabras donde le asegurara que todo iba a estar bien.

¿Quien fue ella?

Una niña de 8 años que durante años esperaba el regreso de su madre ausente, que lloraba y pedía a Allah que sucediera un milagro, que su madre volviera y que la amara.

Ahora pedía otro milagro por Serkan, pero su fe cada día iba menguando y ya no se sentía con fuerzas para luchar.

Ese día se sumió en la más absoluta depresión, se quedo en su cuarto y se negó a comer, a salir, solo esperando que las lagrimas fueran un alivio para su dolida alma, pero no era asi, la paz nunca llegaba, la resignación era algo a lo que se negaba, solo quería desaparecer, sumirse en un sueño profundo que la desconectara de su terrible realidad.

Khaled, Khosher y Siobath intentaron hacerla reaccionar pero sabían que nada de lo que dijera cambiaria sus sentimientos.

En la tarde Khorhan apareció en su casa con Hamira, cosa que enfureció a Khaled.

- Que hace esta mujer aquí Khorhan.-demando a Khorhan.

Khorhan no era un hombre que se dejara intimidar por nadie, ni por su hermano mayor aunque lo cierto es que lo respetaba mucho.

- Khaled, nuestra madre esta arrepentida y quiere pedirnos perdón a todos, yo de mi parte ya la perdone.- informo.

- Khaled hijo..

- No me llame así- la interrumpió fulminándola con la mirada- usted jamás fue una madre, así que no pretenderá serlo ahora, en lo que a mi respecta, jamás espere de mi nada, sin embargo no puedo decidir por mis hermanos.

La puerta de la habitación se abrió y Raisha que permanecía en la ventana mirando al jardín con la desesperanza clavada en su corazón, giro con los ojos empañados por las lágrimas para ver a Hamira Boran.

- ¿Qué haces aquí?- demando con rabia y dolor- vienes a juzgarme-cuestiono- dijiste que debía ser fuerte, no llorar por un hombre, lo siento madre, siento decepcionarte, no ser la hija que querías.

Hamira sintió aquellas palabras como un puñal que se clavaba en su pecho, al final estaba recogiendo lo que había sembrado, cuánto daño había producido en su hija con sus palabras