Femir (No hay Emir sin Feriha)

Nuestra rutina aún mejor

Los primeros rayos de sol invadieron la habitación haciendo que Nihal despertara, ella pasó las manos en los ojos aún somnolienta. Ella se detuvo por unos minutos admirando a Sarp que aún dormía tranquilamente, ella sonrió pasando la mano en su rostro, como él era tierno, romántico, caballero, amable, protector... pensaba mientras hacía caricias en su cara. Baris ya tenía poco más de dos meses y Sarp estaba convirtiéndose en mil para dar atención a ella, ayudar con las hijas y principalmente con el bebé que en aquel momento requería más atención. Nihal continuaba entretenida en sus pensamientos cuando aquella voz que ella tanto amaba escuchar la traje a la realidad.

Sarp: buen día ángel - dijo sonriendo y amando recibir las caricias de su pequeña.
Nihal: buen día amor - habló depositando un beso en su cara y luego otro en sus labios.

Nihal estaba terminando de organizar la mesa con el desayuno mientras Azra y Filíz jugaban con Sarp en el salón.
Nihal: cariño, su hijo está llorando - habló un poco alto mientras colocaba las tostadas sobre la mesa.
Sarp: tranquila, que ya me voy, amor.
Un tiempo después Azra y Filiz ya estaban tomando el desayuno, Sarp apareció en la cocina con su hijo de pie en sus brazos mientras él miraba todos los detalles de la casa, Baris siempre fue muy curioso.
Nihal: hola, angelito - dijo dando besos en las mejillas pequeñas de su bebé.
Sarp: después de que le cambié el pañal, él se quedó quieto - habló mirando el rostro de su hijo que lo observaba sonriendo.
Nihal: owen, mi todo, muchas gracias, eres un esposo perfecto - habló dando besos en Sarp y cogiendo su hijo en el regazo para amamantarlo.
Sarp: bueno, entonces estamos empatados porque tengo una esposa perfecta - habló dando un dulce beso en sus labios.
Los dos se sentaron a la mesa para tomar el desayuno, Sarp ayudó a Nihal colocando comida en su boca mientras ella amamantaba al bebé.