Femir (No hay Emir sin Feriha)

121) Un amor inquebrantable

Los dos días siguientes, Feriha lo estuvo cuidando todo el tiempo, ella lo cuidó puntualmente como si fuese un niño y Emir ya estaba casi bien de salud.
Los flashes de memoria habían cesado, era como si hubiese un bloqueo que impedía que llegara a sus recuerdos en su totalidad.

Feriha se fue a casa de Koray y Gulsum, necesitaba tratar de entender todo el contexto de su historia con Emir y tal vez Gulsum la ayudaría con algo, estaban hablando en la cocina mientras tomaban el té.
Gulsum: ¿Feriha, qué está pasando?, conozco esa expresión, sé que quieres preguntarme algo.
Feriha: es que... bueno, como ya sabes, empecé tener flashes de memoria y aunque he hablado con Emir, hay algunas cosas que necesito aclarar, todavía aún estoy confundida, sabes, no puedo recordarlo todo, son fragmentos pero quizás podrías contarme sobre mi relación con Emir, ¿cómo empezamos?, ¿cómo fue?, todo lo que sabes, que tengamos platicado, lo que sea, por favor, dímelo.
Gulsum: en realidad, me enteré de lo de ustedes como pareja cuando me confesaste tus mentiras y cuánto lo amabas...
Feriha: ¿mis mentiras?, ¿de qué estás hablando? - preguntó sin entender lo que quería decir con eso.
Entonces Gulsum le contó todo lo que sabía, acerca del compromiso forzado, las mentiras... del poderoso, apasionado, profundo e inquebrantable amor que nasció entre ellos y sobrevivió ante las situaciones más adversas posibles... de cómo Feriha se sentía dividida entre la felicidad de tener a Emir y la infelicidad por el miedo que tenía de confesar sus mentiras, de cómo Emir descubrió y se quedó decepcionado y profundamente lastimado, cómo Cansu lo había manipulado para que pensara lo peor de Feriha, la falta de comunicación entre ellos que solo empeoró la situación, el secuestro, cómo se reconciliaron, el primer matrimonio secreto, los problemas que surgieron después, cuando la golpeó, del mayor malentendido y cómo se reconciliaron al aclararlo, y cómo finalmente comenzaron a aprender a lidiar con la relación de una manera sana y madura, sobrepasando juntos los problemas que surgían.
Cuando Gulsum concluyó, Feriha estaba en estado de shock, tratando de procesar toda esa información y luego surgió una duda.
Feriha: ¿por qué Emir no me lo dijiste? - dijo lo suficientemente fuerte como para que su prima la oyera - aún no puedo creerlo.
Gulsum: prima, Emir te quiere tanto, creo que tenía miedo de hacerte sentir culpable, estoy segura que él nunca pondría en peligro a tí, Feriha... si te lo cuenta, podría haber empeorado su estado de salud, ¿recuerdas que el doctor te recomendó tranquilidad?
Feriha: prima, todo lo que hemos hablado, me ayudó mucho, te lo agradezco.
Gulsum: es siempre un placer poder ayudarte, cualquier cosa que quieras saber puede preguntarme, ¿de acuerdo? - pero al darse cuenta que ella se quedó muy triste, se preocupó - ¿hice lo correcto al decirte todo eso...?
Feriha: estoy bien, no te preocupes por mí, gracias - se despidió de su prima y fue al departamento de su madre.

Cuando bajó del auto para ir al departamento de su mamá, tuvo un recuerdo de cuando Emir descubrió sus mentiras y cuando mintió por primera vez en la universidad, ella respiró profundo y siguió.

Estaba sentada con su madre en el sofá del salón, básicamente hizo el mismo resumen sobre los flashes de memoria para su madre.
Zehra: ay, mi niña, ojalá pudiera ayudarte - dijo abrazándola con amor.
Feriha: no te preocupes, estoy bien mamá - dijo mientras respondía al abrazo - mamá, ¿recuerdas alguna situación rara en la víspera de mi ingreso a la universidad?
Zehra: hija, ya hace unos cuantos años, no sé, déjame pensar - dijo acariciando el cabello de su hija.
Feriha: cualquier cosa, algo extraño, que nunca había sucedido, algo que me ha molestado...
Zehra: oh sí, recordé algo Feriha, viste que había pasado la prueba para entrar a la universidad en el departamento de Cansu, no podía quedarme esperando en casa, subí y me quedé ahí esperándote frente a su puerta, pero volviste extremadamente molesta, entraste como un huracán y fuiste directamente a tu habitación, así que corrí detrás de ti... y cuando entré a tu habitación, usted estaba llorando y solo gritó "¡no soy la hija del portero, soy Feriha, Feriha!"... bueno, parece que la señora Sanem dijo algo que te lastimó - le contó mientras recordaba con cierta melancolía.
Feriha: ¿recuerdas algo más que haya sucedido antes de ingresar a la universidad y qué te pareció peculiar?
Zehra: cariño, además, nada que me llamó la atención... por lo que recuerdo - recalcó en tono pensativo.
Las dos siguieron hablando por algún tiempo y Feriha se fue a su casa.