Femir (No hay Emir sin Feriha)

Bésame bajo la lluvia

Al día después del episodio del Hills, Feriha estaba sentada en el sillón pensativa, ella estaba recordando todo lo vivido con Emir desde el momento que despertó después de la caída de caballo, una hermosa sonrisa se formó en su rostro mientras su mente se perdía en los lindos recuerdos de ellos dos... como ellos estaban cada vez más cercanos, los diferentes paseos por diversos lugares, cómo se sentía atraída por él, cómo su corazón latía acelerado al recordar los momentos en que se acercaron y finalmente ese beso que estaba todo el tiempo en su mente desde ese momento mágico cuando sus labios se unieron en ese perfecto beso, ella sonrió feliz, apoyando su cabeza en el sofá... estaba cada vez más enamorada de él, cada segundo se hacía más difícil resistirse a él, nunca se acostumbraría al poder que su toque ejercía sobre ella... concluyó, sintiendo el corazón salir por la boca.
Emir llegó a casa, se dirigió al salón y se quedó observándola mientras sonreía contento, los recuerdos de ese beso invadieron su mente haciéndole sentir una adrenalina corriendo por su cuerpo debido a la ansiedad que tenía para consumar sus deseos que después de ese hermoso momento estaban más fuertes. Él sonrió aún más recordando los diversos momentos en que la provocó y cómo ella no podía permanecer inmune a sus encantos. Emir no podía esperar para tenerla completamente en sus brazos otra vez pero esperaría que ella tomara la decisión de estar juntos de nuevo.

Emir: amor,¿vamos por los niños? - dijo pasando su mano por su cuello de una manera increíblemente linda y sexy.
Viéndolo así, su respiración se agito de inmediato y sus piernas se pusieron torpes.
Feriha: yo prepararía nuestra cena mientras tú los recogías - dijo apretando el sofá con sus manos y Emir sonrió divertido al verla tan vulnerable a él.
Emir: los recogeremos y iremos a cenar a algún sitio, ¿qué te parece? - dijo mientras se sentaba a su lado para provocarla aún más.
Feriha: creo que será increíble - dijo sonriendo para disimular mientras volvía la mirada a sus labios y lo miraba con deseo.