153) Quiero decirte

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Ambos decidieron esperar a sus esposas en sus respectivas suites y un par de horas después se les avisó que ellas ya estaban en la sala de juntas.

Unos minutos más tarde, tocaron a la puerta y como no hubo respuesta decidieron entrar.

Emir: ¡hola, chicas!
Sarp: lamentamos el retraso.
Susurraron con evidente temor, aunque lo intentaron disimular.

Las chicas tuvieron que hacer un esfuerzo enorme para no reír y durante un instante guardaron silencio.

Feriha estaba sentada tomando algunas notas y miró fijamente los documentos que tenía delante mientras colocó el lápiz entre su barbilla y su labio inferior.

Nihal estaba sentada leyendo una serie de papeles y siguió haciéndolo tranquilamente como si nadie hubiera entrado en la sala de juntas.

Ambos se mantenían tranquilos aunque era evidente su nerviosismo.

Emir: ¿Feriha? - susurró y ella lo miró fijamente antes de sonreír y de levantarse tendiéndole la mano.
Feriha: ¡caballeros, los estábamos esperando! - los saludó de manera amable y cortés.

Mientras tanto Nihal dejó de leer y comenzó a jugar con el bolígrafo en sus manos.

Sarp: ¿Nihal? - susurró y luego ella le dirigió una sonrisa enigmática, se levantó, caminó hasta él y apretó su mano.
Nihal: caballeros, por favor tomen asiento - dijo mientras señaló unas sillas vacantes a lo largo de la elegante mesa.

Ambos arrugaron el ceño mientras se miraron durante un breve segundo sin comprender exactamente qué estaba pasando, mientras tanto, las dos chicas se sentaron de nuevo bajo la elegante ventana de cristal y luego los chicos se acomodaron frente a ellas.

Ambas intercambiaron una mirada cómplice y sonrieron para sus adentros.

Feriha: chicos, tranquilos - dijo con una voz serena - ustedes se retrasaron unos minutos y en vez de quedarnos esperando decidimos ir al centro comercial, le pedimos a la señora Sophie que les avisara porque no queríamos molestarlos.
Nihal: se estaban divirtiendo tanto y no quisimos interrumpirlos, además era una junta que se podía posponer sin problemas y recuerden, acordamos actuar de forma flexible aquí siempre que no perjudique al hotel.

Emir: oye, ¿a qué juegan? - protestó.
Sarp: toda esta situación desde que llegamos - dijo mientras indagaba en la expresión.

Feriha: dale, ¿qué les pasó a vuestro sentido del humor?, sólo estamos bromeando pero...
Nihal: estamos en la sala de juntas y acordamos mantener la formalidad necesaria.

Ambos sonrieron, intercambiando una mirada sugestiva con sus respectivas esposas.

Después de la junta cada pareja se dirigió a su respectiva oficina.

Feriha entró en la grande y espaciosa oficina que compartía con Emir, fue directo hasta el escritorio y guardó algunos documentos.

Él se quedó cerca de la puerta, la miraba algo desconcertado.

Él se quedó cerca de la puerta, la miraba algo desconcertado

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Femir (No hay Emir sin Feriha)Onde histórias criam vida. Descubra agora