159) Inmovilidad tónica

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Emir se acercó al coche y al otro lado del cristal, vio a su mujer desplomada en el asiento, un mechón de pelo empapado de sangre caía libremente sobre el hombro.

El joven sintió que el mundo se desmoronaba a su alrededor.

Él estaba en estado de shock, sus ojos estaban muy abiertos, no podía respirar.

Estaba congelado como una estatua, aturdido, paralizado por el miedo.

Quería hacer algo pero su cuerpo no respondía a su voluntad.

Su pequeña parecía estar inconsciente o quizá... no, no podía ser...

Feriha tenía que estar viva por el bien de sus hijos y por el suyo proprio.

Después, sintió que alguien lo agarraba del brazo y lo arrastraba lejos del vehículo.

Emir: no, suéltame - reaccionó desesperado.

Sarp: ya no puedes hacer nada - dijo sujetándolo con fuerza.

Emir: está ahí adentro y tengo que sacarla - gritó aterrado mientras sus ojos se nublaron.

Su respiración estaba muy agitada y su miedo se había transformado en pánico.

Entonces se dio cuenta de que estaba demasiado lejos y que para llegar al automóvil necesitaba unos minutos.

Sin saber qué hacer, miró alrededor y vio que Umut sostenía a Levent.

Entonces una explosión desencadenó una fuerte onda expansiva.

Todos se volvieron al mismo tiempo para ver la espiral de llamas y humo que envolvía el vehículo.

Emir: ¡¡Feriha!! - exclamó soltándose de Sarp.

El joven no pretendía ponerse a salvo, corría hacia el auto pero su hermano lo interceptó y lo sujetó con fuerza.

Sarp: hermano, lo siento mucho.

Emir: ¡no, no!, es imposible, esto no está pasando - gritó aún más aterrorizado mientras intentó soltarse.

Sarp: ya nadie puede hacer nada.

Emir: ¡¡Feriha!! - gritó en pánico mientras intentó soltarse de nuevo, y su hermano volvió a impedírselo.

Feriha: Emir... ¡Emir! - gritó desesperada.

La joven se había levantado de la cama y lo empujaba intentando despertar a su esposo.

Emir: ¡no! - gritó sentándose con mirada estupefacta.

Feriha: ¿cariño? - susurró sentándose en el sofá a su lado mientras ponía una mano en el hombro de él.

Con razón el joven se había quedado dormido, había mirado fijamente a su mujer durante largo tiempo

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Con razón el joven se había quedado dormido, había mirado fijamente a su mujer durante largo tiempo.

A decir verdad, había sido demasiado tierna la forma directa en que había mirado fijamente mientras su esposa descansaba.

Femir (No hay Emir sin Feriha)Onde histórias criam vida. Descubra agora