Femir (No hay Emir sin Feriha)

Baño caliente

Emir llegó a casa al final de la tarde, estacionó el auto y se dio cuenta de que Feriha estaba regando las plantas, se acercó muy despacio mientras ella estaba con la mente distraída.
Emir: cariño - dijo detrás de ella con las manos en el bolsillo.
Feriha: ay - dijo girando rápidamente sin darse cuenta de que estaba apuntándole con la manguera y humedeciéndolo por completo - Emirrrr... que susto, casi me muero de un infarto - aún sin darse cuenta de que lo estaba mojando por completo.

Emir: creo que ya he crecido lo suficiente, no necesito que me rieguen - dijo señalando a sí mismo, finalmente ella se dio cuenta y desvió la manguera.
Feriha: lo siento, pero el culpable eres tú por asustarme - dijo con una sonrisa en su rostro - lo siento otra vez, no quería reírme... es que te ves muy guapo así - dijo sonriendo a carcajadas.
Emir: ¿lo es? - preguntó mirando hacia abajo.
Feriha: sí - dijo mirando hacia arriba.
Ambos siguieron una guerra de miradas cómplices y divertidas.
Emir: muy bien, entonces, empecemos - dijo tomando su manguera y regándola de arriba a abajo.
Feriha corrió pero Emir fue más rápido y logró dejarla completamente empapada.
Feriha: cobarde, sabes que un paso tuyo equivale a al menos dos pasos míos, así que no puedo defenderme - dijo tratando de secar el agua del cabello empapado.
Emir: no debería haberme provocado - sonrió y no notó una irregularidad en el suelo y terminó cayendo suavemente porque fue rápido y logró recibir el impacto de la caída en las manos.
Feriha, al ver que no era grave, aprovechó el momento, recuperó la manguera y lo hizo igual, lo empapó por completo de la cabeza a los pies.
Feriha: ¡bien, ahora estamos empatados! - ambos empezaron a reírse a carcajadas divirtiéndose con esa situación.
Pasaron unos minutos jugando como niños traviesos, mojándose uno al otro en medio del hermoso jardín, mientras la puesta de sol anunciaba el final del día, una vez más los dos volvían a disputar la manguera y terminaron rodando por el suelo como niños, ya cansados se sentaron uno al lado del otro y Feriha apoyó la cabeza en el hombro de Emir.
Emir: afortunadamente nuestros hijos no están en casa.
Feriha: cierto, qué mal ejemplo les daríamos.
Emir: pero fue divertido, ¿estás de acuerdo? - preguntó sonriendo y mirándola a los ojos.
Feriha: sí, no creo que me haya divertido tanto - dijo ella acariciando su rostro con una mirada amable.
Se miraron intensamente y se besaron con mucha pasion.