125) Te tengo algo especial

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Durante los dos días siguientes, Feriha y Nihal estuvieron ocupadas en concluir todo concerniente a la fiesta sorpresa de cumpleaños de sus esposos y poniendo todo en orden en los hoteles y restaurantes, así como en el Hills, ya que Emir y Sarp desconocían por completo sus correspondientes viajes, arreglaron todo y al final, tuvieron una cita con el gerente y subgerente de cada compañía para repasar todos los detalles.
Feriha programó una variedad de actividades y paseos a fin de que ella y Emir pudiesen disfrutar con sus hijos todo el tiempo libre que les quedaba en esos dos días, pues se quedarían algo así como diez días lejos de ellos.
Feriha lo dijo a sus hijos y les pidió que no le contaran nada a Emir porque todo debería ser una sorpresa, los niños pidieron para dormir con sus padres esa misma noche, explicaron que solo querían pasar más tiempo con ellos, Feriha sabía por qué y no pudo negárselos, Emir tampoco cuando vio sus caritas de súplica, aunque eso implicara posponer sus planes de disfrutar con Feriha.
Obviamente Emir quien estaba ajeno a toda esta programación, se confundió con las actitudes de Feriha, incluso pensó que estaba huyendo de él, pero la noche fabulosa que tuvieron le decía lo contrario, como sea, no podía entender el por qué... y decidió disfrutar los momentos familiares con su esposa y sus hijos.
El guapo caballero preguntó a su pequeña lo que estaba pasando y la hermosa dama sólo pidió que confiara en ella y que en menos de dos días todo estaría resuelto, el dueño de la sonrisa más encantadora concluyó que era su única alternativa, aunque tenía ganas de hacer el amor con su esposa, no se atrevió a insistir, no estaba siendo sencillo para él, principalmente después de esa inolvidable noche que había dejado con ganas de más, y también a todos los efectos y propósitos, aún no se había que ella había recuperado su memoria y no quería contradecirla, ya ella estaba ansiosa por sorprenderlo. 

Era una tarde hermosa y tranquila, Feriha estaba en el balcón disfrutando del hermoso paisaje del jardín, la fina capa de nieve sobre la hierba y las hojas de los árboles, le recordaban el día en que Emir fue a Etiler y le confesó que se estaba enamorando de ella, cuando él hizo nevar artificialmente y le propuso matrimonio, cuando huyeron, cuando ella dijo que sí y se casaron por primera vez, ella sonreía radiante, divagando en sus pensamientos cuando fue interrumpida por una voz masculina y familiar, sacándola de concentración.
Emir: ¿cariño? - gritó con voz afligida desde el interior del closét - ¿amor? - ella se percató que la desesperación en su voz estaba aumentando.
Feriha: ¿amor, qué pasa? - preguntó preocupado mirándole a los ojos.

Feriha: ¿amor, qué pasa? - preguntó preocupado mirándole a los ojos

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Femir (No hay Emir sin Feriha)Onde histórias criam vida. Descubra agora