141) Imposible resistirse

318 25 16
                                    

Al día siguiente Feriha despertó con mucho sueño, semicerró los ojos y en tono casi quejumbroso, dijo:
Feriha: cierra las cortinas, por favor.
Emir: no te vendría mal un buen desayuno - dijo el joven esposo, señalando la bandeja.

Emir: no te vendría mal un buen desayuno - dijo el joven esposo, señalando la bandeja

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.

Feriha: yo

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.

Feriha: yo... - fue entonces cuando se percató de algo, sus ojos se dirigieron hacia el albornoz que estaba abierto parcialmente a la altura del pecho - ayer... - balbució sin poder quitar los ojos de encima a su esposo.
Emir: descuida, no hiciste ningún escándalo - dijo con voz divertida al darse cuenta de cómo estaba su esposa.
Feriha: ¿qué?
Emir: sólo bromeaba - masculló guiñando un ojo mientras se acercaba - anda, toma el desayuno, esto se va a esfriar - dijo y levantó la tapa de la bandeja, dejando a la vista un suculento desayuno con todo lo imaginable.
Feriha: wow - miró un instante la comida con la boca haciéndosele agua - siéntate y toma el desayuno conmigo - lo invitó señalando para que se sentara.
Emir: mmmm - meneó la cabeza y frunció los labios - no puedo, tengo que recoger a los niños.

Ambos se miraron fijamente en los ojos, sin decir ni una palabra.

Cada parte de su cuerpo la deseaba, la echaba muchísimo de menos pero ella aún parecía débil y necesitaba más descanso, él también necesitaba algo de descanso y relajación, y para ser sincero todavía estaba un poco enfadado por todo lo que pasó, quería que su esposa hubiera confiado en él desde el principio, no podía evitarlo.

Ella sabía que necesitaba hablarle y disculparse, sentía que su esposo tenía algo de decepción, se necesitaba coraje y energía para hacerlo, después de todo no podía dejar de sentirse culpable, lo extrañaba mucho y no era sencillo resistirse.

El joven esposo dio un paso alejándose.

Feriha: ¿Emir? - inquirió con una ceja enarcada - por favor.
Emir: me está sonando el móvil,  discúlpame un segundo.

El guapo cogió su teléfono que tenía en la mesita de al lado de la cama y salió atendiéndoselo, unos minutos después regresó.

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.
Femir (No hay Emir sin Feriha)Onde histórias criam vida. Descubra agora