136) Dulces traviesas

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Al día siguiente, hubo un almuerzo en el cual familiares y amigos estuvieron presentes.
Cuando todos se enteraron de la historia, empezaron a reír a carcajadas, Feriha estaba orgullosa de su princesa pero no lo admitiría, sólo sonrió para sus adentros y no puede evitar sentir celos, igual que Nihal aunque Sarp no haya sido el blanco principal.
Azra: bien hecho, prima.
Filiz: si hubiera estado en tu situación, habría hecho lo mismo.
Azra: yo también.
Maral: ¿qué más podría hacer?, nunca permitiría semejante cosa.
Filiz: hiciste lo que tenías que hacer.
Charlaban alrededor de la gran mesa de centro mientras hacían los crucigramas de una revista para niños.
Emir: ¡hija!
Sarp: ¡hijas!
Dijeron, prácticamente al unísono, en tono de reproche, las pequeñas traviesas, sólo miraron sonriendo, con carita de ángel, y ellos hicieron un gran esfuerzo para mantener la seriedad necesaria.
Unal: jaja... pobres hijos, con esposas e hijas tan celosas no pueden ni respirar - lo dijo en tono de broma.
Emir: papá, mi mayor tesoro es mi familia, soy extremadamente feliz y sólo tengo que agradecer y luchar todos los días para mantenerla unida.
Maral: ¡owen, que lindo que sos, papito! - exclamó dejando a un lado sus preciados crucigramas, lanzándose con euforia a sus brazos y llenando sus mejillas de besos.
Sarp: me hago eco de sus palabras, hermano - las gemelas caminaron hasta él y lo besaron en cada mejilla simultáneamente.
Unal: lo sé, hijos, solo bromeaba - dijo, después de quedarse unos segundos sólo mirándolos mientras una gran sonrisa pasaba por su rostro.
Maral: abuelo, tengo que cuidar a mi hermoso papá - dijo con los brazos alrededor del cuello de su papi en un gran y cálido abrazo.
Azra y Filiz: seguro, nuestros papás son muy guapos - dijeron ambas al unísono.
Maral: así es, hasta parece que tienen algún imán que prefiero no mencionar lo que atrae - en el momento en que su hija lo mencionó, Emir instintivamente miró a su esposa y se percató que sus ojos se quedaron clavados en él con una mirada indescifrable y él, inmediatamente, bajó la mirada -
pero la única que podrá acercarse a mi papá será mi mamá, de lo contrario yo mismo pondré en su lugar a quien se atreva.
Azra: lo mismo digo.
Filiz: yo también.
Unal: oye princesas - dijo, suprimiendo una sonrisa - por supuesto que lo son, se parecen a mí.
Azra, Filiz y Maral: jajajaja...
Unal: ¿quién dijo que estoy bromeando?, míranos...
Aysun: Unal, deja ya de decir tonterías...
Emir y Sarp se miraban el uno a otro y agregaron:
Emir: oye, hay un tipo de protección muy especial contra esos campos magnéticos.
Sarp: ¿saben cuál es?
Niñas: ¿nosotras? - preguntaron al unísino y los dos caballeros negaron con la cabeza, suprimiendo una sonrisa.
Azra: papá, tío, ¿qué es?
Filiz: por favor, díganoslo de una vez por todas.
Maral: entonces, uh, no nos tengas en ascuas.
Emir: de acuerdo, princesas, cálmense.
Sarp: es el amor que tenemos por nuestra familia, en especial por nuestras esposas.
Emir: así es.
Feriha y Nihal miraron a sus respectivos esposos desde la cocina con una sonrisa de oreja a oreja.
Maral: ¡owen! - exclamó la pequeñita muy feliz.
Azra: !no hay nada más bello o poderoso...
Filiz: ...que el verdadero amor! - concluyó, sin poder esperar.
Las niñas celebraron muy contentas, abrazando y besando a sus papás, y ellos sonrieron muy emocionados mirándolas tan felices.
Azra: pero ustedes son muy inocentes cuando se trata de ese tipo de situaciones - Unal se atragantó con su propia saliva mientras Emir y Sarp movieron los labios como si fuese a sonreír, desviando la mirada.
Filiz: oye, ¿pasa algo?
Maral: ¿papi?, ¿tío?
Emir y Sarp: no - contestaron, reponiéndose.
Las niñas los miraron desconfiadas.
Emir: no tiene importancia.
Sarp: por supuesto.
Maral: bien.
Azra: por lo que nosotras somos superheroínas - ambos fruncieron el entrecejo al mismo tiempo. 
Filiz: papá, tío, escuchen, somos mujeres.
Maral: nuestro sexto sentido no falla.
Emir y Sarp solo asintieron con la cabeza mientras suprimieron una risa.
Hande: damas y caballeros, el almuerzo está servido - dijo en voz alta, interrumpiendo las conversaciones que resonaban por el hogar.
Feriha: niños, vengan a lavarse las manos, ya.
Umut: ¡wow, se ve todo muy rico! - dijo cuando todos se sentaron a la mesa.

Femir (No hay Emir sin Feriha)Onde histórias criam vida. Descubra agora