155) Femir

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Los primeros rayos del amanecer se asomaban tímidamente a lo lejos.

Emir miró por la ventana para admirar las vistas y las montañas en la lejanía, era más un bello día de una primavera plena y el suave viento matinal rozaba su rostro.

Se había pasado tanto tiempo esperando aquel momento, y finalmente había llegado.

Sonrió feliz y respiró profundamente para absorber aquel aroma tan fresco, sonrió aún más mirando a una Feriha que dormía plácidamente tras una noche de pasión.

De verdad estaba muy ansioso y se volvió hacia adelante, sumergiendo sus ojos en el precioso paisaje primaveral.

Se perdió en los dulces recuerdos de anoche mientras paseaba su mirada por el bello paisaje que se veía.

La joven despertó extrañando la fuente de calor que tenía al lado toda la noche.

Bueno, parte de la noche, pensó y sonrió mientras muy hermosos recuerdos de amor se asomaban a su mente, de hecho, no había dormido mucho la noche anterior, habían hecho el amor una y otra vez.

El joven miraba fijamente el paisaje, se veía tan guapo, pensó mientras esbozó una sonrisa, sintiéndose afortunada, era consciente de que su esposo gozaba de una gran belleza.

Se levantó y de manera sigilosa se acercó a Emir.

Feriha: ¡buenos días mi amor! - musitó al oído mientras se puso de puntillas y lo abrazó por los hombros.

Emir sonrió con la voz de su pequeña cosquilleándolo y se dio media vuelta para recibirla mirándola de frente.

Emir: ¡buenos días mi amor! - respondió dirigiéndole una bellísima sonrisa, y se inclinó para depositar un tierno beso en sus labios.

La pareja y sus hijos habían pasado dos días en la casa de la montaña.

Solían nombrarla así porque su casa estaba en un rincón alto de la montaña.

Todas las habitaciones tenían enormes ventanas con vidrios traslúcidos hacia el vestíbulo que daban una hermosa vista a las montañas circundantes.

Desde allí se podía oír el sonido del viento soplando helado y el crujir de las copas de los árboles, también se podía ver el lago y el bosque.

Feriha: ayer fue un día espectacular, los niños se lo pasaron muy bien - musitó mientras colocó sus brazos alrededor de su cuello para depositar un tierno beso en sus labios - bueno y nosotros también - añadió con dulzura.
Emir: coincido plenamente contigo mi amor - contestó en tono provocador.
Feriha: Emirrrr - musitó tierna y a la vez coqueta.
Emir: ¿qué estoy haciendo? - inquirió con una mirada sugerente mientras colocó sus manos a ambos lados del rostro de su esposa y la besó tiernamente.

Feriha: oye - susurró ladeando la cabeza hacia el paisaje - parece que el viento está soplando con fuerza - comentó mientras señaló las copas de los árboles más altos que se movían a lo lejos.
Emir: cariño, ponte un abrigo... está soplando helado - dijo, cubriéndola con una manta.
Feriha: gracias - susurró - a mi me encanta la primavera - siguió ella.
Emir: y pienso que te va a gustar aún más - susurró perdido en sus pensamientos.
Feriha: ¿a qué te refieres? - preguntó expectante.

El guapo la observó con una misteriosa sonrisa dibujada en su rostro.

Emir: sólo espera y verás.

Ambos se quedaron en silencio nuevamente mirando por la ventana.

Feriha: con una condición... que sea mutuo.
Emir: lo será.

Femir (No hay Emir sin Feriha)Onde histórias criam vida. Descubra agora