124) La fuerza de un dulce y tierno amor

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La parejita apasionada y poética no se dio cuenta que durante los últimos minutos, alguien muy curiosa había estado los observando atentamente.
Maral: ¡ay, qué lindos! - aplaudiendo con alegría - cuando crezca, todo lo que quiero es un amor como el vuestro - les dijo con profunda admiración y con una gran sonrisa.
Emir no puede dejar de sentir una puñalada en el corazón pero no le dije nada, imaginar que un día su pequeño ángel volaría hacia otro nido lo hacía sentir un poco asfixiado, quería tener el poder de protegerla siempre.
Feriha: sí, esa es la idea... pero todavía falta mucho tiempo - dijo intentando hacer que su esposo se sienta mejor, a decir verdad, Emir estaba en shock, no podía reaccionar.
La hermosa niña de ojos brillantes y vivaces, notó la preocupación escrita en el hermoso rostro de su papá y recordó algo que él le había dicho cierta ocasión así que se le ocurrió decirle algo, pues, no podía soportar verlo triste y se dispuso a hacerle cambiar de semblante.
Maral: lo sé, mamá, solo tendré un novio cuando encuentre a alguien como mi papá, y como mi papi entiendo a los hombres mejor, tendrá que aprobarlo primero - dijo inocente del verdadero significado de sus palabras.
Emir: no tenga dudas acerca de eso, princesita - al fin logró decir algo - siempre te acordarás de esta promesa, ¿verdad? - preguntó con cierto alivio.
Maral: por supuesto que sí, papi... se lo importante que es esto para ti - lo dijo con una mueca tierna, pura copia de la linda mueca de su papá.
Emir: si cumplir por completo esa promesa, seré el papá más feliz del mundo - recalcó solo por las dudas.
Maral: entiendo, los papás son así, ¿verdad?... no te preocupes al respecto - sonrió y le dio un beso en la mejilla.
Feriha: Emir, tendrá de ser justo con el pobre chico -  dijo sólo para él escuchar mientras Maral se distrajo viendo que sus hermanos se acercaban.
Emir: pues claro que seré - Feriha no confiaba totalmente en esas palabras, ella conocía muy bien los celos de su esposo, disimulados por esa sonrisa seguida de una mueca tierna y sólo suprimió la risa.
Maral: los amo tanto, son el mejor ejemplo de amor a través de los años, soy extremadamente feliz de tenerlos como mis papás - ambos la miraron con los ojos brillantes por la emoción. 
Emir: yo también te amo hija... soy infinitamente feliz de tener a ti y a tus hermanos como hijos - dijo con una hermosa sonrisa que reflejaba toda su felicidad.
Feriha: ¡oh, mi niña preciosa, yo también! - dijo besándole sus pequeñas mejillas.
En ese momento los gemelos se acercaron.
Ahmet: oye, ¿puedo saber de qué habláis? - preguntó y alzó una de sus cejas.
Hakan: ¿sucede algo? - les preguntó levantando una ceja, exactamente igual que había hecho su gemelo.
Maral hizo un breve resumen sobre el contenido de la charla para sus hermanos.
Ahmet: bien, yo también los amo mucho.
Hakan: ¡y yo también!
Los gemelos dijeron mientras sus ojos brillaron emocionados.
Feriha: owen, hijos, los amo mucho a ustedes tres - dijo emocionada y las lágrimas comenzaron a brotar incesantes de sus ojos y, aun esforzándose mucho, no puede contenerlas.
Emir: los quiero mucho, mis niños preciosos - les dije completamente feliz.
Hakan: ustedes dos son los mejores padres que un hijo pudiera querer.
Ahmet y Maral: estoy totalmente de acuerdo, hermano - enfatizaron al unísono.
Emir: tenemos los mejores hijos del mundo, amor - con la sonrisa más hermosa.
Feriha: hijos, me gustaría decir que comparto plenamente el punto de vista del señor Emir - le dijo sonriendo contenta - sabes, amor, tienes la sonrisa más linda que haya visto - lo miró fijamente a los ojos encantada.
Emir: hijos... soy casado con esta mujer increíble... que me hace tan feliz como nunca antes lo fui - luego guiñó un ojo con picardía de una forma disfrazada para sus hijos no se dieran cuenta.
Feriha: y yo digo lo mismo - mirándolo fijamente con dulzura.
Ahmet, Hakan y Maral: owen - los niños estaban felices, aplaudiendo, viendo cómo su papá y su mamá se miraban el uno al otro.
Feriha: mi esposo y mis hijos son el mejor premio que la vida podría darme - limpiando las lágrimas de emoción con sus dedos.
Emir: mi esposa y mis hijos son mi mayor tesoro... el amor de mi vida - besándole la frente - y mis queridos hijos, la más grande creación de mi vida - mirándolos con amor.
Ahmet: son realmente...
Hakan: ...los mejores padres...
Maral: ...del mundo.
Sus hijos dijeron como en una obra de teatro ensayada por el más puro amor.
Los tortolitos estaban muy emocionados, abrazaron y besaron las mejillas de cada uno de ellos, expresando el profundo amor y cariño que sentían por sus hijos y los niños hicieron con ellos de la misma manera.

Femir (No hay Emir sin Feriha)Onde histórias criam vida. Descubra agora