Destinadas (Supercorp)

13

—Sí, fue cuando llegó a Catco, él sabía quién era yo, yo sabía de él por mi primo y porque lo vi varias veces en Metrópolis con Clark y Lois. Me enamoré de él, pero lo único que hicimos fue besarnos y nada más. Me di cuenta que yo no podía enamorarme, no era lo que esperaban mis padres.

— ¿Y ahora? —preguntó Lena.

—Es diferente, tú eres mi destino Lena. Había otro propósito para venir a la Tierra y no era solo cuidar de Kal-El, sino conocerte a ti y estar contigo, ahora me doy cuenta.

—Pues en ese caso me alegro que tus padres te enviaran a Tierra. —dijo Lena.

—Yo también.

Estuvieron un largo rato sin moverse solo disfrutando del momento.

—En realidad he venido para hacerte una entrevista, Snapper me ha dado un aviso, sino te entrevisto me despedirá. —explicó Kara.

—Espera ¿Qué? —preguntó Lena separándose de ella pero sin levantarse.

—Cuando he llegado a la oficina, me llamó a su despacho, me dijo que no era profesional ausentarse tanto tiempo. Le dije que estuve haciendo mi trabajo, pero sin aparecer por allí, me dijo que no importaba que clase de baja me hubiera cogido estos cuatro meses. Para él fueron unas vacaciones no autorizadas y después me dijo que me daba un ultimátum, entrevistarte y me dejara en paz o sino a la calle.

—Llámalo, no tiene derecho de hacer eso. No es el jefe, no puede despedir a nadie. —dijo Lena con el ceño fruncido.

—Pero es mi jefe Len.

—Eso no le da derecho. ¿Tú hiciste todos los pasos para que recursos humanos aceptaran la baja? —preguntó Lena, sabía que era un asunto demasiado delicado ya que Kara pidió la baja por ella.

—Sí, y James me dijo que me cogiera un tiempo porque no me veía bien.

—Llámalo. —le pidió una vez más. Kara sacó el móvil del pantalón y llamó a Snapper Carr.

—Carr.

—Soy Lena Luthor, necesito hablar con usted de algo que me he enterado y me molesta.

—Dígame señorita Luthor, ¿en que puede ayudar a la dueña de Catco? —hasta se notaba en su tono de voz que no era feliz de que ella fuera la dueña.

—La señorita Danvers ha venido diciendo que tenía que entrevistarme y si no lo hacía la iba a despedir. Dígame señor Carr, ¿es usted el jefe?

—No.

— ¿Tiene ese derecho?

—No.

—Bien. Le voy avisando ahora: no tengo nada que decir,  la señorita Danvers no escribirá ningún artículo sobre mí. Y ella no esta despedida, estuvo enferma y el editor jefe le recomendó que se tomara un tiempo, pero da la casualidad que a la señorita Danvers le encanta su trabajo, así que lo seguía haciendo desde casa. Que yo sepa eso no es un motivo de despido; sin olvidarnos que en estos últimos meses sus artículos han sido todos publicados y no puedo decir eso de muchos otros empleados que trabajan bajo su supervisión y están todo el día en la oficina. Usted se cree que me chupo el dedo, que soy una novata en cuestión de asuntos empresariales, pero le digo ahora mismo, no se meta conmigo señor Carr, soy una Luthor y saldrá perdiendo siempre si va en mi contra. —el hombre no dijo nada, Lena siguió hablando y Kara se la quedó mirando completamente muda. — Siempre me pasan las estadísticas del trabajo de mis empleados y no solo de L-Corp, también de Catco y le puedo asegurar que el puesto de Kara Danvers no pende de un hilo, pero conozco a uno que sí, y no voy a decir nombres, espero que esa persona se haya dado por aludido.