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Pasaron por una tienda que tenían de todo, entraron para mirar, Lena llevaba las bolsas con la comida y Lara los dos paquetes. En la tienda compararon cuatro cuencos para perros: dos bebederos y dos comederos, un juego para dejarlo en la Fortaleza y otro para que Kara se lo llevara a casa. También compraron dos colchones grandes, Lena pagó con su tarjeta, como todo lo demás y volvieron a la Fortaleza, por el camino se encontraron a un motorista esperando en la acera, cuando se acercaron, la persona desconocida levantó al visera del casco y Lena la reconoció.

—Alex.

—Hola, ¿necesitáis ayuda?—preguntó al verlas cargadas.

—Si por favor. —dijo Lena.

Alex apagó el motor y se bajó, cogió la bolsa grande con los colchones y las dejó encima de la moto.

—Venga con nosotras directora Danvers, y traiga su moto, sé donde podrá aparcarla. —dijo Lara.

Cuando llegaron, Alex se quedó mirando la pared, no sabía porque se habían parado.

Lara se acercó y puso la mano y el escudo de la casa de El se iluminó y la puerta se abrió.

Lena entró como si nada y Lara también, dejó las cajas y bolsas en la mesa y después se acercó a la puerta y le dio instrucciones a Alex, ella cerró la puerta y abrió la grande para que Alex entrara con la moto.

Después la cerró y cogió un paquete de latas de comida y las bolsas y  fue al apartamento. Alex no decía nada, estaba impresionada con la tecnología que estaba usando esa kriptoniana. Había estado varias veces en el Fortaleza de la Soledad, pero aquello parecía tecnología antigua comparada con esta nueva Fortaleza, se volvió a preguntar quién era Lara.

La puerta se abrió y entraron las tres. Eliza vio a su hija y se levantó para abrazarla, Kara se acercó e hizo lo mismo.

Lena y Lara dejaron la cena preparada en la mesa. Kara se separó de su hermana y le pidió que se sentara.

Ella y Lara fueron al sintetizador y pidieron una cerveza fresca para Alex y un agua para Lara.

Lena fue a su despacho a por una botella de vino que tenía guardado en el mini bar.

Lara cogió una lata y un cuenco y preparó la cena de Kripto, después puso agua en el bebedero y lo dejó en el suelo. El pequeño perro se acercó, olisqueó la comida y empezó a comérsela.

—Parece que le gusta. —dijo Kara sonriendo.

—Fuera tienes un paquete de doce latas para que te lo lleves a casa junto con un colchón y otro juego de cuencos. —dijo Lara.

—Gracias.

—Dáselas a Lena, lo ha pagado ella.

Alex estaba sentada al lado de su madre, bebiendo la cerveza desde la botella y mirando la interacción de Lara y Kara.

Lena volvió y sirvió el vino para las tres y se sentó al lado de Kara y Lara se sentó lo más lejos que pudo del sofá.

—Explicadme como os convertisteis en novias. —pidió Eliza.

—De acuerdo. —dijo Kara y dejó que fuera Lena quien lo contará.

Contó toda la historia con emoción e ilusión, Kara no dejaba de sonreír y de vez en cuando se sonrojaba. En el momento que hizo todo eso pensó que era romántico, pero escucharlo meses después la avergonzaba un poco y más aún porque Alex estaba escuchando toda la historia.

—Así que fuiste el héroe por un momento, después ¿te la llevaste a ver la puesta de sol volando? —preguntó Alex, aguantándose la risa, pero no le salía bien.

Destinadas (Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora