Destinadas (Supercorp)

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Colgó y suspiró otra vez, sabía que su amiga podría resolver el asunto con la abogada y ella podría centrarse en olvidar e intentar rehacer su vida.

Se puso las gafas de sol, el abrigo y cogió el bolso, salió de la habitación.

Una vez en la calle cogió un taxi y le pidió que la llevara a L-Corp, no conocía la ciudad y no quería ir en coche para no perderse.

— Son 8 dólares. —dijo el taxista, la mujer le pagó.

—Gracias. —y salió del vehículo.

Entró en el edificio y se acercó a la recepcionista.

—Hola, buenas tardes, vengo por la entrevista de trabajo.

—Oh, pase por seguridad y después coja el primer ascensor y suba al ático, allí la atenderán. —dijo el hombre.

—Muchas gracias.

Se acercó al guarda de seguridad y dejó el bolso en la cinta de la máquina de rayos x y cruzó el detector de metales.

—Puede pasar, que tenga un buen día. —dijo el guarda.

—Gracias. —cogió el bolso y siguió las indicaciones que le habían dado.

Una vez en ascensor, pensó que la seguridad era demasiada exagerada para una empresa, en un banco tenía sentido, pero no una empresa.

—Ama, ¿está segura de esto?

—Lua, cuantas veces tengo que decirte que no te comuniques si no es una emergencia.

—Lo siento, pero es que desde que llegamos a este mundo, no ha pasado nada de nada, cada vez que ha habido un problema se ha ocupado esos héroes, Superman y Supergirl. Y me aburro mucho aquí sola.

—Eres un robot, no puedes aburrirte, además te recuerdo que Superman y Supergirl son nuestros antepasados, son la honra para todos los Argonianos, conocemos sus hazañas y nos sentimos orgullosos de ser kriptonianos.

—Lo sé, pero pensé que quería viajar para olvidar lo que pasó.

—Y es lo que hecho, pero en vez de venir al mismo tiempo en que apareció Supergirl, retrocedimos demasiado y acabamos en el 2010, en el fondo me vino bien porque así aprendí las costumbres de los humanos y descubrí que yo también tengo un lado humano.

—Un lado humano indefenso que solo recibe palizas verbales y traiciones, no entiendo porque se casó con ese hombre. Nunca imaginé que llegara a tanto. Solo pensé que sería una temporada haciéndose pasar por humana y aguantar cada cosa que le decían o hacían en ese instituto de neandertales. Y todo para conocer a la persona que salvó Argo y la llevó a nuestro planeta. Además no sabe si está aquí o no.

—No he venido por eso Lua. Tienes razón me han hecho mucho daño, y si, es posible que me dejara llevar en esta vida humana. No he olvidado mis raíces, pero como dije hace 10 años, quería hacer algo nuevo, diferente. Además descubrí que ser actriz y cantante de Broadway no estaba nada mal.

—Es cierto, comprobó que tenía mucho talento, pero si no se hubiera casado con ese inútil, seguiría en su trabajo glorioso y no estaría buscando trabajo de secretaria.

—Lua, ya basta. No voy hablar contigo de lo que haga con mi vida, tú sigue protegiendo la nave.

—Entendido ama.

La mujer ya no podía más de cómo todo el mundo le repetía una y otra vez, lo inepto, tonto, inútil e imbécil que era su ex marido; solo quería olvidarlo y empezar de nuevo con su vida.