Destinadas (Supercorp)

23

Kara fue al salón y vio a Eliza y a Alex, se acercó a ellas y las saludó, pero decidió hablar con Alex en ese momento y no le importaba que su madre estuviera presente.

—Alex, tenemos que hablar. —dijo Kara.

—Lo sé. —suspiró.

—Mira, no me gustó nada como trataste a Lara, ella ha sido buena contigo en todo momento y no estoy hablando de solo ayer. No sé porque la tienes manía, ella es mi hermana y la quiero mucho, pero también te quiero a ti; me conoces desde hace muchos años, sabes que tengo un corazón grande, si puedo tener amigos en dos Tierras, ¿Por qué no puedo querer a mis dos hermanas?

—Lo siento, sé que fui una maleducada con ella como contigo. Es que tengo miedo que te alejes de mí, antes no tenía que compartirte con otro familiar.

—Lo entiendo, yo no me voy alejar de ti, nunca; eres tu quien lo está haciendo con el comportamiento que tienes conmigo. Alex, quiero a mi hermana, la que siempre hacíamos trastadas sin que Eliza se enterara, la que pasaba las noches conmigo cuando extrañaba a mi familia. La que estuvo a mi lado cuando enterré a mi tía; la que me apoyó cuando Mon-El se fue. Quiero recuperar a esa hermana, la que siempre nos contamos todo con una cerveza en la mano. Esa Alex es la que echo de menos, es la hermana que quiero recuperar, pero no lo estás poniendo fácil.

—Lo siento.

—Lena dice que tienes celos de Lara.

—Tiene razón.

—No tienes por qué, ella debería sentir los celos, ella no ha tenido nada conmigo. No tengo muchos recuerdos a su lado, y los que tengo son difusos porque era muy pequeña. Tú me conoces muy bien Alex, tú has sido más hermana mía que mi hermana biológica; pero tienes que entender que la quiero y que la he echado mucho de menos toda mi vida, me la arrebataron y ahora que la he recuperado no quiero perderla. Alex no quiero elegir, no me hagas hacerlo, como ya te he dicho os quiero a las dos. No entiendo qué te pasa, aceptas que mi madre esté viva, aceptas que quiera a mis dos madres, pero no aceptas que tenga dos hermanas y que las quiera por igual. Nunca has sido su sustituta y ella no es la tuya. Hay cosas que comparto con ella, como mi relación con Lena, recuerdos de Kriptón y de ciencias. Contigo es todo lo demás.

—No hay mucho más Kara.

—Porque últimamente no hemos hablado, no hemos tenido charlas de hermanas ¿y quién tiene la culpa de eso?

—Yo, te prometo que respetaré a Lara y recuperaré esos momentos nuestros. Aunque ahora las dos estamos liadas con el trabajo y nuestras novias.

—Siempre encontraremos un hueco para reunirnos. —dijo Kara.

—Vale. —se abrazaron.

Eliza sonrió al ver ese abrazo y miró hacía el pasillo, vio a Lena apoyada en la pared mirando también esa escena.

Kara se separó de su hermana y fue a ver a su otra hermana, en ese momento se dio cuenta de algo. El apartamento tenía tres dormitorios y ellas las habían usado. Fue a la otra habitación y la encontró intacta. ¿Dónde había dormido Lara? ¿Dónde estaba?

Salió del apartamento y vio a su hermana trabajar en algo, se acercó a ella.

—Buenos días. —dijo Kara.

—Bueno días. —dijo Lara, dejando lo que estaba haciendo.

— ¿Qué haces?

—Una pistola paralizante. —dijo Lara sin más.

— ¿Para qué?

—Siempre viene bien tenerla, sobre todo cuando no puedes pelear más, congelas a tu enemigo y listo.