41

2.5K 189 11
                                    


Estaban comiendo y hablando como siempre hacían; era una rutina que no quisieron dejar atrás una vez que se hicieron novias.

— ¿Nunca te sentiste como en casa? —preguntó Kara.

— ¿En la mansión Luthor? no. Además como ya sabes pasé más tiempo fuera de allí que en la mansión, así que no es mi hogar. —dijo Lena.

—Lo siento. —dijo Kara estirando la mano por encima de la mesa y Lena colocó la suya encima, le gustaba sentir a Kara y más cuando recuerda su pasado, le hace ver que no está sola.

—Pero ahora es diferente, tengo un verdadero hogar y te tengo a ti. Tú eres mi familia.

—Y tú la mía.

— Pero tienes a tus madres y a tus hermanas.

—Sí, pero tú eres mi familia. Mi madre y mi hermana son mi familia biológica. Eliza y Alex son mi familia porque me entregaron a ellas y tú eres mi familia porque lo elegí yo.

—Pienso que tú y mi madre os hubierais llevado muy bien. —dijo Lena sonriendo.

— ¿Tú crees? por lo que me dijiste, ella fue una brillante científica, como tú.

— Es lo poco que sé de ella, e incluso recuerdo mis primeros años con ella, pero son recuerdos borrosos.

—Era irlandesa, ¿verdad?

—Sí, ¿Por qué?

— ¿Sabes dónde la enterraron?

—No, supongo que mi padre se ocupó de eso, pero no hay archivos de nada.

—Mmm.

— ¿En qué piensas?

—Kal-El y yo podemos ver a nuestros seres queridos en la Fortaleza, pensé que si existiera algo de tu madre, fotos o vídeos, podría hacer un programa para que pudieras verla así no te olvidarías nunca como era. —el corazón de Lena se derritió al oír eso. Sin duda había elegido a la persona adecuada, ella la amaba sin importarle nada más y se preocupada y eso a Lena le gustaba.

—De ella solo tengo el oso de peluche que me dio cuando cumplí los cuatro años, es lo único que tengo. Lillian trató de tirarlo en varias ocasiones cuando iba creciendo, así que cuando me enviaron al internado me lo llevé conmigo. Cuando fui a la universidad hizo lo mismo y cuando tuve mi primer piso en Metrópolis guardé el oso en una caja.

 Cuando fui a la universidad hizo lo mismo y cuando tuve mi primer piso en Metrópolis guardé el oso en una caja

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¿Y ahora dónde está?

—En casa, sigue en la caja y en mi armario, al lado de los zapatos.

—Pues hoy lo sacaras de ese escondite, debe de sentirse muy solo, pensará que lo has abandonado.

—Kara es un peluche. —dijo Lena con una sonrisa tierna en su cara, le gustaba esos momentos infantiles de su novia.

—Eso no importa, tiene sentimientos también. —no dijo nada más, se quedó pensativa y Lena la miró extrañada. —Mira, mis padres se despidieron de mí antes de enviarme a la Tierra, sabía lo que iba a pasar, pero no quería que me dejaran sola, quería que fueran conmigo. Mi madre me entregó un colgante con nuestro escudo, me dijo que siempre que me sintiera triste lo mirase y pensase que ellos estaban orgullosos de mí. Que estaba destinada hacer grandes cosas en la Tierra y que esperaban que fuera feliz. Nunca me separé de él hasta que se lo di a Mon-El antes de irse. No quería que se olvidara de mí allá donde fuera. Pero cuando volvió y con su mujer, me sentí feliz por él, por fin tenía lo que se merecía lejos de su gente y de su loca madre. Me dijo que el colgante le dio suerte durante esos siete años y que era el momento de devolvérmelo. —se sacó el colgante de debajo de la ropa. —Este colgante lo hizo mi padre para mi madre, así que significa mucho para mí porque era de los dos y siempre lo llevo conmigo aunque sea debajo de la ropa. Tú deberías hacer lo mismo con el oso, no guardarlo en una caja polvorienta y dejarlo allí para siempre, es como si lo odiaras, como si no quisieras saber nada del único regalo de tu madre, un regalo hecho con mucho amor y el único que has tenido en toda tu vida. — Lena estaba llorando en silencio.

Kara pidió la cuenta, pagó y sacó a su novia de allí.

Le limpió la cara con sus manos y la besó en la frente, la abrazó con amor y Lena se dejó llevar.

—Shshhs, mi amor, no quería hacerte llorar. —dijo Kara triste.

—Lo siento. —se secó los ojos con la manga de su abrigo y sacó un pañuelo del bolso, se sonó. —Tienes razón.

Kara tuvo una idea y cogió la mano de Lena y se fueron del restaurante. Pidió un taxi y las dos se subieron. Kara le dijo al taxista dónde querían ir y Lena la miró sin entender nada.

Cuando llegaron al centro comercial, Kara buscó en el mapa de lugar lo que estaba buscando y cuando lo encontró sonrió y llevó a Lena al lugar.

Estaban al frente de una juguetería, Lena miró sorprendía a Kara y ella solo sonreía. Entraron tranquilamente.

 Entraron tranquilamente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Fueron a la sección de peluches y Kara cogió un oso y se lo dio a Lena

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Fueron a la sección de peluches y Kara cogió un oso y se lo dio a Lena.

Fueron a la sección de peluches y Kara cogió un oso y se lo dio a Lena

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Ahora tu oso tendrá un compañero y no se sentirá solo. —dijo Kara sin dejar de sonreír.

Lena lo cogió y lo abrazó, fueron a la caja y Kara pagó por él. Salieron del centro comercial y fueron a un callejón. Se quitó las gafas y el traje apareció, las guardó en el compartimento que tenía detrás y cogió a Lena en brazos y fueron volando hasta casa.

Fueron al dormitorio y Kara buscó la caja que le había dicho Lena en el armario, la sacó y la abrió, cogió el oso marrón y lo dejó encima de la cómoda que estaba vacía.

Lena supo lo que quería hacer Kara así que dejó su nuevo oso al lado del viejo y se alejó. Kara la abrazó por detrás y miraron juntas a la nueva pareja.

—Ves, él ya no está solo, igual tú. —Lena la miró y sonrió se apoyó en el hombro de Kara miró a los osos con una sonrisa.

—Ahora tengo dos tesoros, el que me regaló mi madre y el tuyo. —dijo Lena a Kara.


Destinadas (Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora