Destinadas (Supercorp)

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Dos días después decidieron volver a la civilización, habían pasado mucho tiempo en la isla y tenían que volver a la rutina.

Informaron a Diana y aceptó, fueron a ver a la reina para contárselo, se puso triste por su partida, pero entendían que tenían que seguir con su vida.

Fueron a su habitación y lo recogieron todo, el día siguiente volverían a Nacional City.

Así que esa tarde Lena cogió un dispositivo que se había traído de L-Corp y fue a ver a su abuela, la encontró paseando por la ciudad junto con Diana. Salió corriendo de palacio para alcanzarlas.

—Lena ¿Qué sucede? —preguntó Hipólita al ver a su nieta colocarse delante de ellas

—Nada, solo quería entregarte esto. —le dio el dispositivo, Hipólita se lo miró sin entender, Diana si supo lo que era.

— ¿Qué es? —preguntó Hipólita.

—Un teléfono móvil que funciona con energía solar. Así que siempre que se acabe la batería, lo pones en la repisa de la ventana y el sol hace el resto. Sé que no usáis tecnología avanzada, pero pensé que podrías usarla para que pudiéramos hablar. No nos veremos a menudo, pero podíamos charlar de todos modos, además he metido las fotos de la boda para que tengas un recuerdo de nosotros y en la lista de contactos he puesto mi número y el de la tía, así podrás llamarnos a las dos cuando quieras y nosotras a ti. —miró a su tía. —después te doy el número.

Diana sonreía porque era una buena idea y un buen regalo para su madre.

—Gracias Lena, lo usaré, lo prometo. —dijo Hipólita después la abrazó.

—Bien.

Volvió a palacio pero ya sin correr.

—Ella sabe que no queréis tecnología del hombre, pero es tu nieta y ha pensado en ti al entregártelo. Pienso que es la mejor forma de mantenernos en contacto.  —dijo Diana.

—Lo sé, espero que me enseñes cómo funciona.

—Te lo puedo enseñar ahora.

—Estupendo.

Se alejaron de la ciudad y se sentaron en las rocas cerca del camino a la playa y Diana le dio unas lecciones de cómo funcionaba el teléfono.

—O sea, que podré recibir más fotos de los niños y de Lena ¿no?

—Si, pero será ella quien te lo envíe, además tu también podrás hacer fotos y enviárselas. —explicó Diana.

Después de explicarle el funcionamiento del móvil, pasó a darle lecciones sobre las pocas aplicaciones que tenía el dispositivo: la cámara, el whattsapp, la galería de fotos y la lista de contactos.

Al día siguiente, las tres estaban cerca de la nave de Diana, la reina y Antíope las acompañaron para despedirse.

—Ah sido muy agradable estar aquí, conoceros y ver donde creció mi madre. Desde que supe que tenía familia por parte de mi madre mi corazón se aceleró muchísimo y haber podido conocerla con vuestros recuerdos ha llenado mi alma de felicidad y de orgullo de ser su hija. —dijo Lena. Hipólita y Antíope sonriendo.

—Nosotras estamos felices de haberte visto después de tanto y estamos orgullosas de lo que has conseguido y sigues luchando. —dijo Hipólita.

—Aquí naciste Lena, es tu hogar, siempre que lo necesites puedes venir tranquilamente e incluso tu familia. Eres una de nosotras, una amazona. —dijo Antíope.

Lena sonrió y las abrazó con mucho cariño, después subió a la nave seguida de su esposa e hijos y de su tía.