Destinadas (Supercorp)

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—Le va a dar ropa amazona para el entrenamiento, es más cómodo que con la ropa que lleva ahora. —dijo Diana.

—Me quedaré aquí para ver cómo le va.

—No, tú y yo también vamos entrenar.

— ¿Y eso? —preguntó levantando una ceja.

—Quiero ver lo que eres capaz de hacer, solo sé que eres mucho más fuerte que tu primo, pero quiero comprobarlo por mí misma.

Kara se quitó las gafas y usó la súper velocidad para ir al dormitorio y dejar las gafas, volvió enseguida.

Tenía el traje puesto y Diana la miró de arriba y abajo.

—Te pareces a tu primo con ese traje.

—Es mucho más cómodo que la falda, tanto para pelear como cuando vuelo.

—Bien.

Fueron a la playa para el entrenamiento.

Lena estaba con su tía abuela prestando atención.

—Copia lo que yo haga, ¿de acuerdo?

—Sí.

Antíope se posicionó, abrió las piernas y se puso firme después empezó hacer golpes a aire, Lena la imitó. Antíope vio algo raro y se acercó a ella para colocarla mejor.

—Tienes que colocarte mejor si no quieres hacerte daño.

—Gracias. —Lena empezó hacer golpes al aire, cuando ya coordinaba, Antíope le enseñó a dar patadas para ver la elasticidad de Lena.

Poco después se fueron a correr y hacer estiramientos antes de entrenar cuerpo a cuerpo.

Kara estaba siendo machacada por Diana, cada vez que se levantaba del suelo para atacarla, Diana iba mucho más rápida y golpeaba mucho más fuerte. Kara no tenía tiempo ni para defenderse.

Pasaron los días, Lena conseguía masa muscular, sus entrenamientos con Antíope cada vez eran más feroces.

Kara también se estaba haciendo fuerte, conseguía herir a Diana de vez en cuando, pero Diana siempre iba por delante y la derribaba todo el tiempo.

Un mes después, Diana dejó a Kara y se centró en su sobrina, ya estaba preparada para controlar sus poderes, así que iba a luchar contra ella hasta que despertaran del todo.

Durante ese mes en Nacional City, no estaba sucediendo nada fuera de lo normal, Sam dirigía L-Corp sin contra tiempos y Lois lo hacía con Catco.

Lara seguía con sus investigaciones con la ayuda de Rachel; Alura cuidaba de su sobrino ya que sus nietos estaban con sus madres, aunque los echaba de menos.

Conner seguía con su entrenamiento diario y con sus estudios, todo iba bien y él estaba contento.

Un día, Rachel estaba trabajando hasta que vio que había recibido un mensaje en su teléfono, miró quien era el remitente y sonrió un poco.

Lara volvió de su laboratorio y vio a su compañera sonreír.

— ¿Buenas noticias?

—Sí, este fin de semana vienen a visitarme dos amigas.

—Me alegro.

Kara se entrenaba con las demás amazonas, pero siempre ganaba en las peleas, le empezaba a ser tedioso ya que ninguna la ha conseguido tocar, ni siquiera Antíope.