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Dos horas después estaban todos en el jardín celebrando el aniversario de los señores Berry, Rachel y Lara estaban preparando su comida mientras los veían comer, reír y beber.

Como estaban distraídos, Lara entró en la casa y se comunicó con Sara, necesitaba su ayuda. Le pidió un dispositivo de borrado de memoria,  quería borrar de la mente de todos, sobre que ella era una Súper. En cuestión de segundos, apareció Ava y le dio el dispositivo.

—Esperaré aquí sino te importa. —dijo Ava.

—Tardaré un segundo. —salió y le susurró a Santana a Brittany y a Quinn que se reunieran con Rachel, ellas iban a decir algo, pero Lara no las dejó. Se levantaron sin hacer ruido y se alejaron, Lara miró a los demás que seguían hablando y comiendo. —Chicos, quiero haceros una foto con lo señores Berry. —nadie preguntó, les pareció bien y se colocaron todos mirando a Lara. —mirad aquí. —todos miraron a dispositivo y Lara le dio al botón, apareció un flash, los dejó un poco aturdidos, pero volvieron a la normalidad, charlaban, comían etc.

Lara sonrió y volvió al interior, le devolvió el dispositivo a Ava.

—Gracias.

—De nada. —apretó un botón de su reloj y apareció un portal, lo cruzó como si fuera hacia otra habitación y se cerró detrás de ella.

Volvió al jardín y se reunió con las chicas.

— ¿Qué ha sido eso? —preguntó Quinn.

—He tenido que pedir un favor a unos amigos, para que me dejaran un dispositivo del futuro. Les he borrado la memoria a todos, no saben que soy un Súper. —dijo Lara en voz baja.

—Ah entiendo. ¿Y a nosotras porque no lo has usado?

—Porque tengo la sensación que puedo confiar, sois amigas de Rachel, y ella confía en vosotras, sabe que guardaréis el secreto.

—Te lo prometo, no romperé este voto que me has dado. —dijo Quinn.

—Nosotras tampoco. —dijo Santana.

—Gracias.

—Sí gracias chicas, ahora podré hablar con vosotras de cualquier cosa. —dijo Rachel.

—Pero una de mis hermanas os llevará un montón de papeleo que tendréis que firmar. Nuestro secreto es un secreto mundial además de nacional.

—Firmaremos lo que haga falta. —dijo Quinn.

—Cariño, ya tengo tu comida lista. —dijo Rachel.

—Genial, me muero de hambre. —fueron todas a la mesa que había vacía y se sentaron, Rachel dejó un plato lleno de hamburguesas delante de Lara. Las tres ex porristas miraron el plato sorprendidas.

Lara comió tranquilamente mientras oía hablar a las chicas.

— ¿Cómo era el instituto en Kriptón? —preguntó Brittany, las demás se callaron y la miraron, después miraron a Lara por la respuesta.

—Normal, todos éramos iguales, la jerarquía que vosotros los humanos tienen en la escuela, no los sufrimos hasta que somos adultos. En la escuela solo aprendíamos, lo hacíamos desde los cuatro años. En mi caso, también tenía clases en casa, mi padre me enseñaba ciencias, mucho más avanzado de lo que nos enseñaban y mi madre me enseñó leyes, era la jueza más importante del planeta. Pero todo cambió cuando unos soldados aparecieron por casa, les entregaron una orden de parte de nuestro gobierno y me llevaron a rastras, sin dejar que me despidiera, ni coger algo que me importaba, algo que me hiciera recordar a mi familia. Solo tenía diez años cuando me arrancaron de los brazos de mi madre. En la milicia todo era diferente, tenía mucho miedo los primeros días, después trataba de hacer todo lo que me ordenaban, nos amenazaban con que irían a nuestras casas y matarían a nuestras familias sino los obedecemos, yo solo pensaba en mi tía, esperaba que se diera cuenta de lo que pasaba y fuera a rescatarme, ella era general del ejército, pero nunca llegó.

Destinadas (Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora