Destinadas (Supercorp)

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— ¿Qué haréis con la tecnología kriptoniana? —preguntó Imra para cambiar de tema.

— La que vea que es peligrosa la destruiremos, el resto nos lo llevaremos a casa. —dijo Kara mirando a su hermana y a su primo que asintieron. —Creo que nuestra casa se va a convertir en una fortaleza mi amor. —dijo mirando a Lena.

—Bueno, nadie sabe donde vivimos y tenemos un sistema de seguridad impenetrable, además que estaría en mi laboratorio y ya sabes que se necesita para acceder.

—Y no olvidemos que nadie sabrá que esa tecnología está en una casa. —dijo Lara.

—Cierto.

—Si queréis os ayudamos. —dijo Mon-El.

—Gracias chicos, pero ya somos muchos, además están los agentes de la DEO esperando.

—Hey, no quiero que ningún agente de la DEO sepa dónde está mi casa. —dijo Lena con el ceño fruncido mirando a Kara.

—Alex lo sabe.

—Es diferente, es de la familia.

—Bueno, pues en ese caso, tenemos a Cisco que nos llevaría allí en un pis pas con sus vórtices, haríamos varios viajes. —dijo Kara mirando a Cisco, él aceptó asintiendo.

—De acuerdo, pues nos vamos. —dijo Mon-El.

Se despidieron entre abrazos y después Imra desde el brazalete abrió un portal y lo cruzaron los tres.

Lara vio un arma que le resultaba familiar, era kriptoniana estaba segura, decidió que esa no iba a desactivarla porque le serviría para cuando fuera a Argo y acabara con el Consejo.

Todo lo demás que eran objetos más transportables, fueron recogidos por todos y con la ayuda de Cisco fueron a la casa de Kara y Lena y llevaron todo al laboratorio privado de Lena, como dijo Kara hicieron varios viajes.

Mientras tanto Lara seguía en el laboratorio de Lex mirando, vio otra habitación, tenía un ojo de buey en la puerta, así que miró para ver que había en el interior.

Al ver que había alguien dentro tumbado en una camilla y atado con grilletes de kriptonita decidió entrar. Abrió la puerta con cuidado y se acercó a la camilla. El cuerpo era de un joven, no podía verle la cara porque llevaba un casco que le cubría hasta la nariz. Siguió con la mirada el casco hasta que encontró un ordenador, miró lo que era y lo entendió. Era una máquina que hacía que la persona que tuviera el casco puesto viera unas imágenes, imágenes insertadas y programadas en el ordenador para verlas una y otra vez.

Se acercó al chico y le quitó el casco con cuidado, después apagó el ordenador.

Quería quitarle los grilletes pero tenían kriptonita y no podía tocarlos, esperó que alguien descubriera que no estaba en la sala grande sino en la habitación, mientras esperó miró mejor el rostro del chico.

—Tienes un parecido a mi primo. —dijo para sí misma en voz alta.

Caitlin fue la primera que volvió y no encontró a Lara por ninguna parte, así que fue a buscarla. Vio una puerta abierta y entró; Lara estaba allí con alguien más, se acercó y se colocó a los pies.

— ¿Quién es? —preguntó.

—No lo sé, pero necesito que le quites los grilletes, imagino que es kriptoniano, sino no estarían hechas de kriptonita. —explicó Lara.

—Apártate, veré que puedo hacer.

Lara se alejó un poco y dejó a Caitlin trabajar.

—Ya está. —se acercó al ordenador para ver si había algún dato sobre ese chico.