Esencia: Parte 2

537 64 8
                                    

     Ahsoka estiró los brazos para relajar los músculos mientras despertaba. Se giró, hundió su rostro en la almohada y se aferró a ella, no quería levantarse. La litera era cómoda y cálida, perfecta. Cubrió sus hombros con la manta gris que tenía al lado y se echó a dormir de nuevo. Muy pocas veces podía dormitar más de la cuenta, normalmente se veía obligada a salir por «culpa» de su maestro que solía pasarse de estricto. El viaje a velocidad luz aún no terminaba, faltaba todavía un pequeño tramo, no había mucho más que hacer en la nave, además de jugar dejarik sin detenerse. Era divertido, pero quería algo más.
     R2D2 era el encargado de monitorear la cápsula. Con él a cargo no había de qué preocuparse, no hubieron más problemas desde el incidente con la pesadilla; eso fue un alivio enorme para ella.
     Abrió los ojos un poco, mirando a la nada mientras pensaba en todo. La luz amarilla del pasillo se escurría por las rejillas del travesaño metálico de la puerta trazando líneas en el techo. Suspiró, parpadeó rápido y se restregó los ojos. Se puso boca arriba con las manos entre su cabeza y la almohada. Lanzó un fuerte bostezo y se sentó en la cama, aquellos pequeños momentos de paz eran justo lo que una comandante de la República necesitaba, o al menos eso es lo que se decía cada que podía. Desvió la mirada hacia la mesa que tenía al lado, hacia su cinturón táctico. Estiró el brazo y abrió uno de los compartimientos; metió la mano, hurgó un poco y se dio con la sorpresa de que ahí seguía el reproductor de música que le había prestado Dans antes de irse a Devaron. Había creído que lo dejó en Coruscant, en su cuarto del templo.
     Sacó también su holopad personal, rebuscó entre los archivos hasta encontrar la transcripción que buscaba y sonrió. Dans había tenido un diario, una libreta pequeña que lo había dejado atónita cuando la vio; era de papel, un material extremadamente raro y arcaico, donde había escrito y comparado las letras (o lo que ella creía que eran) de un idioma extraño con las usadas para expresar el básico galáctico, esa había sido la libreta con la que Dans aprendió a leer la lengua común de la galaxia. La intriga de conocerlo más le revolvió el estómago de emoción. Tomó imágenes de esos apuntes para estudiarlos luego y ese momento acababa de llegar; él se había tomado la molestia de explicar los signos: se leían igual que el aurebesh, era literalmente el aurebesh escrito de otra forma.
     Prendió el pequeño dispositivo, lo conectó a su holopad y escudriñó los archivos, el formato en el que se encontraban venía acompañado de un pequeño recuadro con las letras de cada canción. Le era fácil modificar las configuraciones del reproductor de música, eran milenios de diferencia en tecnología. Se dio cuenta que Dans había escrito algunas cosas como agregado personal para cada canción. Cargó los datos al holopad y comenzó a descifrar la escritura. Las palabras se convertían en aurebesh mientras ella leía. Cuando terminó el proceso decidió escuchar algo, solo había oído la música de Dans en una única ocasión, cuando recién se conocían y cuando recién estaba en el crucero de la general Secura. Miró hacia atrás en su mente, eran bonitos recuerdos.
     Leyó los títulos de las canciones hasta que encontró uno que le llamó la atención: Dreams. No entendió la palabra, no era una que conociera, por más que la traducción al aurebesh estuviera ahí. Para suerte suya Dans había anotado algo al costado: Sueños; intuyó que ese era el título traducido, aunque se encontró en otro dilema más: acababa de descifrar la escritura, pero ahora estaba frente a otro idioma, era algo de nunca acabar.
     Siguió buscando entre la lista, revisando más nombres y las anotaciones que habían en el pequeño aparatito extraño, hasta que se topó con una inesperada: Seeing Stars, se leía. Clavó la vista sobre el curioso recuadro del costado, leyendo la nota de dos palabras que había puesta ahí:

"Para Ahsoka".

     Sus ojos se tornaron vidriosos, intrigados, irradiando una ternura que solo la habitación era capaz de contemplar. Pulsó sobre uno de los espacios de la pantalla táctil intentando ver si podía traducir la letra de la canción al aurebesh, y ahí estaba. Su expresión se tornó animada, cálida, su vista recorrió todo el cable que unía el holopad con el reproductor. Lo levantó, presionó el botón negro que antes Dans le había indicado e hizo silencio. Una melodía sublime y joven invadió cada esquina de la cabina, bailando entre los muebles metálicos y los tubos del techo, escurriéndose como agua por los bordes y dobleces de la litera. Fue leyendo la traducción de la letra de la canción al mismo tiempo que la voz de la misma cantaba:

Entre Estrellas: A Star Wars Fan History IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora