Mesuras

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Ya dentro del gigantesco crucero, Dans acompañaba a la maestra Secura hasta una de las bahías médicas de la nave. Una ligera desconfianza recorrió su cuerpo erizando su piel.
Ahsoka lo seguía de cerca, sintió la perturbación que azotaba al joven, lo miró de pies a cabeza, o lo que podía, pues la larga gabardina cubría todo su cuerpo; a duras penas veía los talones de sus borceguíes y el sonido frío que emitían con cada paso que daba. Parte de una cicatriz en su nuca escapaba al refugio de su abrigo, era la único que se vislumbraba de él además de sus manos y rostro.
Llegaron hasta la sección médica en cuestión de minutos, durante su recorrido por los pasillos había notado el ir y venir de muchos oficiales clon, eso lo dejó algo perplejo tal y como le pasó la primera vez que estuvo a bordo de una de estas naves y el fatal destino que tuvo. La general Secura levantó la mano e hizo un gesto con sus dedos, varios médicos se acercaron, les dio la indicación de tratar las heridas del muchacho y de llevarlo a una cabina propia cuando terminasen. Ryder obedeció sin rechistar. Las dos jedi se retiraron, pero antes de que la puerta se cierre por completo la joven padawan lo miró por el rabillo del ojo, sabía que la fatiga los había azotado a todos, pero a Dans lo inquietaba más de la cuenta.

—Maestra Secura... —dijo con angustia y algo de duda—, sé que un jedi debe ser objetivo, pero me pregunto: ¿qué pasará con él?

—Eso lo decidirán en Coruscant, digamos que lo rescatamos de una de las fragatas separatistas que logramos interceptar poco antes de que nos atacaran. El informe decía que uno de los astromecánicos regresó con él a rastras hasta una de las naves que habían realizado el asalto —intentó calmar la ansias de saber de la joven jedi, pero no quería que ello la angustiase, veía a Ahsoka como una jedi de compasión y carisma, ya tenía suficiente con ver a su maestro conectado a un tanque de bacta.

—¿Un droide astromecánico lo rescató? —arqueó una ceja.

—Sí, pero no podemos verlo como un amigo —sentenció—. El droide recuperó ciertos archivos de la nave separatista, se encontraba en la sección de máxima seguridad. Los droides no lo veían como un prisionero corriente.

—Quizás intentó escapar y lo confinaron ahí, o quiz...

—Padawan Ahsoka —interrumpió la maestra—, estamos en una guerra, no podemos confiar tan fácilmente en todos con quienes nos topamos en nuestro camino —su voz era fría e imparcial, tanto que Ahsoka bajó la mirada con desánimo—. Además, hay mucho que no sabemos de él, por no decir que no sabemos nada de él. Será enviado a Coruscant y las autoridades se encargarán, más no podemos intervenir.

—Sí... maestra —asintió en voz baja.

Una serie de pensamientos inundaron su mente, hasta ahora la guerra no había mostrado su lado más terrible, pero jamás pensó que tendría que desconfiar de cualquier persona en cualquier momento. Dans los ayudaó cuando estuvieron en la aldea de los lurmen, luchó a su lado y se mostraba calmado al hablar; sin embargo, también era cierto que luchaba con fiereza y pudo notar frialdad en sus ojos cuando se enfrentó a su maestro, ello solo la confundía más.
El tema quedó sanjado por las siguientes dos semanas que estuvieron a bordo del crucero. Anakin Skywalker terminó su recuperación con satisfacción, se encontraba entonces en el puente de mando junto a su padawan y la general; un oficial clon se acercó informando de una transmisión entrante en la sala de navegación, los tres jedi se pusieron alrededor del panel y una figura holográfica se presentó ante ellos.

—Maestro Obi Wan, no me esperaba verlo tan pronto —dijo el general jedi con una media sonrisa.

—Anakin, me informaron de tu recuperación, quería que me cuentes exactamente ¿qué te pasó? —acarició su parda barba entrecerrando los ojos.

Entre Estrellas: A Star Wars Fan History IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora