—¿Pudiste hablar con él? —inquirió Padmé, provocando que Riyo casi se atorara con el vino que estaba bebiendo.
La sala de reuniones del crucero jedi había sido amoldada como despacho compartido por ambas senadoras durante tiempo que tardaran las negociaciones con los bothan, así que pasaban mucho de ese tiempo juntas y no era de extrañar que hablasen de cualquiera cosa durante el descanso. Pero ahora que las negociaciones habían sido un rotundo fracaso, poco o nada de trabajo quedaba por hacer.
—S-Sí —contestó, quitándose la tos y respirando profundamente.
—¿Y...? —Padmé insistió con suavidad, dedicándole una mirada intrigada—. Ha pasado una semana desde que lo dieron de alta y no me contaste, estuve esperando a que lo hicieras.
—No quería importunar más de lo debido —se mostró serena, digna, como si no fuera gran cosa—. Se encontraba dentro del tanque de bacta, necesitaba reposo, necesita reposo —recalcó—. Tampoco es que debía molestarlo sabiendo cómo se encontraba, ¿no?
Padmé sonrió un poco, apoyándose en el espaldar de la silla y moviendo en círculos la copa de vino que sostenía en la mano derecha.
—Es cierto —convino con sutileza, pero no le creía del todo—. Después de lo que pasó no me sorprendería que pienses así. Es un milagro que esa doctora haya podido salvarlo; en verdad que los jedi pueden lograr cosas increíbles —el rostro de Anakin atravesó su mente durante una fracción de segundo—. Dans Ryder es una buena persona, Riyo, tenerlo cerca ha sido bueno para ti, te has vuelto... menos formal.
—¿Qué estás diciendo, Padmé? —increpó Riyo, escondiendo un leve rubor en sus mejillas—. Yo sigo siendo la misma de antes, no sé de dónde sacan todos esas conclusiones extrañas tan fuera de lugar. Además, no es que estuviera todos los días conmigo y apenas me ha acompañado en algunas reuniones y dos misiones diplomáticas.
—Lo entiendo, créeme, pero no me vas a negar que en esas dos misiones pasaron muchas cosas; si no hubieras estado con él entonces, ¿estarías aquí ahora? —Hizo una pausa mientras veía a Riyo pensar en eso, su mirada se desvió ligeramente hacia la mesa y entonces decidió continuar—. Fue aterrador lo que te sucedió cuando partiste con destino a Mandalore, estuve muy afligida cuando me enteré que su nave se había estrellado y que habían pasado por tantas cosas horribles... Casi se me sale el corazón. Estoy agradecida con Dans por traerte a salvo.
—Es verdad... Todo puede suceder en estos tiempos —apretó la copa de cristal con disimulo.
—Pero, haciendo eso a un lado, no me vas a negar que también lo estás.
—¿E-Estar qué? —tartamudeó Riyo, alzando los ojos, nerviosa.
—Agradecida con él, por supuesto —replicó Padmé. Riyo asintió aliviada—. Sin mencionar que le pediste al presidente Papanoida que lo asignara como tu guardaespaldas personal.
—C-Claro, tú misma sabes que tenemos que pensar en la seguridad, nuestra condición como senadoras lo exige.
—Ay, por favor, Riyo, no tienes que forzarte a encontrar una razón formal. Somos amigas. —Padmé dejó escapar algunas risillas—. Sé sincera contigo misma.
—¿Ser sincera sobre qué? —miró hacia otro lado—. Es la verdad. Recuerda que tenemos cosas más importantes de las qué preocuparnos y no en lo que pueda seguir sucediendo en ese aspecto.
—Ah, ¿así que sí ha sucedido algo? —la acorraló con la mirada.
— ¿¡Qué? ¡No! ¡Por supuesto que...! —recordó la camilla y el torso tonificado y fuerte de su escolta—. ¡P-Por supuesto que no! Yo soy una senadora. Mi obligación es para con el Senado. —Arqueó una ceja y miró a Padmé fijamente a los ojos—. ¿Ylla te ha dicho algo?
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Entre Estrellas: A Star Wars Fan History I
Science Fiction¿Y si una persona de nuestro mundo, La Tierra, terminara varada en la galaxia de Star Wars? ¿Cuál sería el viaje que ocurriría? ¿Qué significaría? ¿Qué misterios lo hicieron posible? Descúbrelo y veamos qué nos depara este relato. Primera entrega d...