Dos Son Mejor Que Uno

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     Los droidekas se detuvieron justo a la altura de sus cabezas, sosteniéndose firmemente con sus piernas metálicas a modo de garra mientras entraban en posición de ataque; sus escudos deflectores los envolvieron por completo y el par de cañones bláster incorporados en sus brazos dejaron escapar un poco de humo caliente al alzarse.
     Dirigieron sus visores rojos hacia el resto del corredor, analizando cualquier cambio observable mientras realizaban un barrido térmico a causa de la poca visibilidad que causaba la niebla. Tenían la armadura manchada de polvo y sangre, y llena de varios raspones por toda la parte posterior. Habían estado en combate hace apenas solo unos minutos.
     Hubo un tenso silencio a mitad del corredor pobremente iluminado, con los vapores escapando fuertemente por las rajaduras en los conductos junto a un leve siseo.
     Nada.
     Se movieron lentamente en direcciones contrarias, barriendo las paredes con celeridad para cubrir los trescientos sesenta grados completos, procurando no dejar espacio sin registrar.

     Dans vio las rojas líneas cuadrangulares de los escáneres proyectándose sobre las tuberías y sistemas expuestos de la pared, justo a unos centímetros por encima de su espalda, avanzando pausadamente hasta el pequeño espacio que habían convertido en escondite. Lara contempló asustada cómo las proyecciones delimitaban finamente las formas circulares de los tubos a la vez que descendían sobre ambos, el miedo comenzaba a apoderarse de ella y agarró con fuerza la manga de la gabardina de Dans con una mano a la par que se tapaba la boca con la otra para no hacer ruido.
     Cruzaron miradas, nerviosos, el ruido del láser solo provocaba una desesperación muda pintada en sus rostros; no había salida si los encontraban, morirían fulminados al instante.
     Dans contuvo la respiración, el escáner estaba casi tocándolo, lo obligó a cernirse más sobre Lara, pero tenía las manos extendidas a ambos lados de los lekkus de la twi'lek, por lo que tuvo que hacer fuerza para no presionarla con todo su peso y a la vez poder sostenerse.
     La línea central del láser iba de un lado a otro muy lentamente, como si se tomara su tiempo o no quisiera completar la tarea. Dans se mantuvo firme, pero el esfuerzo comenzó a pasarle factura, los hombros empezaron a arderle, a temblarle, a dolerle, pero se obligó a aguantar apretujando los dientes, tensando los músculos del abdomen para tener más soporte, respirando moderadamente aunque los pulmones le exigieran más aire a gritos.

     «Resiste... Resiste...», lo animó Lara desde sus adentros, sin hablar, sin decir nada, sin pronunciar palabra alguna, a pesar de que también estaba hecha un manojo de nervios, solo hundió más levemente los dedos entre la tela gris para intentar ayudarlo.

     El vapor acariciándoles las mejillas se sintió frío igual que el hielo, como si les raspara la piel, y la luz tenue que emitían los escudos deflectores convertían la silueta de los droidekas en dos entes fantasmales a mitad de un mundo hecho caos.
     Y entonces, justo cuando el láser rozaba peligrosamente el revestimiento de la gabardina gris y los dos pares de cañones bláster se inclinaban hacia el pequeño espacio, una fuerte explosión remeció el suelo e hizo que los droides se tambaleasen en su sitio.
     Fue demasiado repentino, brusco, parecía que toda la montaña iba a desmoronarse sobre ellos para matarlos aplastados bajo toneladas de roca desértica y parda. Dans reaccionó por instinto escondiendo a Lara bajo su pecho, los droides trataron de no perder el equilibrio. La explosión debió de ser muy cerca, posiblemente en la misma entrada al hangar del almacén, ¿estaban bombardeando el sitio?, Dans no pensaba que así fuera, no después de que el mismo Obi Wan lo mandó ahí adentro así sin más. ¿O sí? La duda le revoloteó en la cabeza con creces, por un instante creyó que todo había sido urdido para deshacerse de él de una vez por todas, pero ¿por qué? ¿Habrían descubierto sus planes? ¿Habían atrapado a Speedy en Coruscant y extraído los datos de su memoria? ¿Había sido algo más? ¿Descubrieron que le filtró información a Dooku antes? En vano trató de encontrar alguna respuesta, pero otra explosión igual de intensa hizo que las inseguridades se le esfumaran al instante.
     No, no era nada de eso.
     Obi Wan debía de estar intentando llegar hasta la enorme compuerta, ahora mismo debía de estar luchando contra los droides y puede que incluso contra el mismísimo conde Dooku, solo era cuestión de esperar, de darle tiempo.

Entre Estrellas: A Star Wars Fan History IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora