Recuentos

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     —Hasta ahora lo había estado pasando por alto —dijo Ahsoka, cuando ella y Dans se quedaron solos después de que Lara recibiera una transmisión de parte de un técnico clon para que inspeccionara las uniones de dos cazas estelares jedi de reciente reparación—, pero viven juntos en la misma cabina —las palabras se deslizaban entre sus dientes, se estaba conteniendo el enojo—. ¿¡Cómo llegó a permitirse algo así!?

     —Cálmate, Ahsoka, te estás dejando llevar por la emoción... —vio a R2 salir del carguero por la rampa de abordaje, como si se previniera lo peor; «Droide traidor...».

     —¿¡Que me estoy dejando llevar!? —arqueó los ojos, lanzó un bufido y se cruzó de brazos con el ceño fruncido—. Eso debería preguntártelo yo a ti —lo acorraló contra el espaldar del asiento en medialuna del interior del carguero corelliano, frente a la tabla de dejarik, en la sala común de la nave—. ¿Hasta dónde han llegado?

     —¿A qué te refieres con llegar?

     —Tú sabes bien a lo que me refiero —ahora frunció los labios; estaba ardiendo en cólera, pero más en celos aunque no quisiera reconocerlo—. No te hagas el tonto, Dansito, puedo saber si me estás mintiendo o no.

     —N-No hemos hecho nada, en verdad —Dans trató de sonar tranquilo, pero le estaba diciendo la verdad. Que casi hayan hecho algo no contaba como que lo hubieran hecho.

     Ahsoka no sintió mentira alguna, suspiró y cambió su ataque, no quería quedarse atrás, ni iba a dejar que pasara.

     —Bien, te creo, pero eso no cambia el hecho de que no me sienta bien que eso vaya a seguir así.

     —Fueron tus maestros los que dispusieron esa habitación para nosotros —recordó, aunque él había tenido un poco la responsabilidad de eso—, no sé cómo...

     —Lo sé —se puso pensativa, sin dejar espacio para que Dans pudiera escaparse—, y tampoco puedo apropiarme de ti... o quizás sí... —después de todo, el único alivio que la ayudaba era el de saber que Lara no podía dejar el templo ni asistir a las misiones en el frente como parte del personal técnico; vio una oportunidad que aprovechar en eso y sonrió campante—. Dansito... —dijo con la voz sospechosa—, me vas a compensar por eso... —se relamió los labios.

     —B-Bueno, puedo ayudarte en cualquier cosa que necesites —se forzó a sonreír, no recordaba ver a Ahsoka con esa mirada tan fiera antes, así que no sabía cómo reaccionar—. Solo tienes que decirlo y...

     —Claro que lo harás... —se cernió sobre él—. Ahora mismo —le sujetó el mentón con la yema de sus dedos y le levantó la mirada hasta que sus ojos se encontraron—, con esto... —lo besó; tan apasionada e intensamente que Dans no pudo hacer nada. Le acarició el mentón, el cuello y deslizó las manos hasta su pecho—. ¿Sabes?, no me gustó que ella te besara —se detuvo un poco, con la mirada entreabierta y volvió a unir sus labios—, así que me tocará hacerme notar; después de todo, yo estuve primero.

     —Es...pe...ra... Ah...oka... —quiso alejarla, pero la padawan lo sometió ligeramente con la Fuerza—. Pero... tú...

     —Shhh —lo silenció con más besos—. No hables... no... quiero... des...aprove...char ni... un... solo segundo... —comenzó a desabotonarle desesperadamente la camisa. Cinco botones quedaron libres, sujetó ambos extremos de la ropa y los separó bruscamente dejando al descubierto el torso de Dans. Se separaron por falta de aire y entonces ella continuó con una voz llena de deseo—. Solo esta vez... estará bien...

     —Ahsoka... ¿tú...?

     Ella se le acercó al oído, le dio una suave mordida y le susurró con dulzura:

Entre Estrellas: A Star Wars Fan History IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora