Intensiones

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     —Vaya, no se ven nada bien —dijo Dans entrando en la habitación. Un droide médico iba detrás de él.

     —A nosotros también nos causa extrañeza verte —respondió el maestro Windu, recostado sobre una camilla. A su lado, el maestro Skywalker también se recuperaba—, sobre todo por tratarse de un área restringida. ¿Cómo llegaste hasta aquí?

     —Fui por ahí diciendo que el maestro Yoda me envió a verlos —tomó una de las frutas que estaban puestas sobre una mesa de noche. La habitación era blanca y pulcra, solo su ropa rompía la armonía del lugar.

     —No tengo palabras —dijo Skywalker.

     —Por lo que pueden contarme las paredes, el crucero en el que iban fue destruido. ¿Una batalla contra fragatas separatistas? —se acercó hacia la ventana desde la cual se vislumbraba el centro acaudalado de Coruscant, la vista era impresionante, mucho. Seguía causándole asombro.

     —Un ataque desde dentro. No podemos ahondar en detalles —sentenció el maestro Windu—. ¿Pudiste terminar el trabajo? —preguntó, tenía la mirada seria y pétrea que lo caracterizaba. Antes había juzgado apresuradamente a Dans, pero seguía sin confiar a plenitud en él, ni tampoco lo haría.

     —Sí, claro que sí, fue pan comido a decir verdad —le dio un mordisco a la fruta. Se sentó en una banca apoyándose en la pared y dirigió su vista hacia ellos—. Trabajos así son los que deberían darme, con paz y tranquilidad, sin tantos muertos.

     —Seguimos consternados por tu posición sobre la muerte —señaló el maestro de tez oscura—. Es un tema que parece no molestarte, siempre es una pena cuando una vida se pierde.

     —No ahondaré en detalles —respondió Dans. En realidad, tenía mucha más aflicción cuando pensaba en eso, por lo que siempre procuraba tomarlo a la ligera, había aprendido a hacer catarsis sobre eso, aunque de vez en cuando quedaban los remordimientos—. Bien, entonces, qué trabajo me darán ahora?

     Ambos maestros jedis se miraron.

     —Encontramos a una organización criminal llamada "el Grupo República" —dijo el maestro Windu—. Al parecer opera en esta ciudad, así que queremos que la encuentres y te infiltres en ella —tomó el datapad que tenía a un costado y estiró el brazo para que Dans lo tomara. Él así lo hizo y comenzó a revisar los detalles que habían, sabía que Lara se molestaría con él por aceptar un trabajo inmediatamente después de volver de otro.

     —Parece que la infiltración se te da bien —bromeó el general Skywalker. Estaba extrañamente calmado y eso a Dans le pareció raro, más que nada por sus antecedentes anecdóticos con dicho caballero jedi.

     —Otra organización criminal, eh —arqueó una ceja cuando vio las imágenes difusas que los investigadores de la Fuerza de Seguridad de Coruscant habían logrado tomar de algunos miembros de la mencionada organización—. Sabe, hay algo que quería señalarle, maestro Windu —dijo sin apartar la vista del datapad.

     —¿Qué es? —preguntó el jedi.

     —Estuve pensando en que necesitaría una nave personal para hacer este tipo de trabajos, así no tendrían que organizar transporte para mis incursiones ni tener que mover tantos recursos—puso el aparato a un lado y estiró las piernas.

     Mace Windu se quedó pensativo, en efecto Ryder tenía razón, pero no estaba seguro de si era algo viable.

     —La Orden no puede otorgarte una nave por que no eres parte de ella, y la República tampoco porque no te consideras un ciudadano de ella, y no debemos mencionar tu falta de dinero para costeártela por ti mismo —dijo el maestro Windu cruzado de brazos. Dans apretó los dientes, estaba algo molesto, intentó disimularlo, pero no pudo engañar a los sentidos perceptivos de los jedi.

Entre Estrellas: A Star Wars Fan History IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora