Sombra

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     La puerta de la cabina se abrió con un leve zumbido, rápido y relajante, mostrando la figura de Lara manchada de aceite y polvo. Había sido una jornada larga y extremadamente exhausta, todas esas piezas, herramientas, naves que reparar... no había más pensamiento en su mente que darse una ducha y lanzarse de bruces sobre las finas colchas de la litera. Se deslizó la ropa por el cuerpo hasta sentir el frío aire abrazándola desde la cabeza a los pies y entró. El agua le acariciaba la piel como el rocío a las hojas por la mañana. Se quedó inmóvil junto al ruido de las gotas cayendo contra el piso, deslizando sus dedos a lo largo de su tersa piel, era suave, fina, sin marcas... Muy diferente a la piel de Dans. Caviló un poco más pensando en ese contraste, en lo diferentes que eran, y entrecerró los ojos. No lo había visto en una semana, desde que partiera junto a los jedi a rastrear aquella señal antigua y perdida. «¿Estará bien...?», se preguntaba cada noche; había quedado inquieta desde la odisea que vivió en Ilum. La galaxia era realmente grande; llena de cosas inimaginables que hasta entonces habían estado escondidas para ella, pero fue exactamente lo que pasó en ese planeta helado lo que no la dejaba dormir bien esos últimos días. «Has sufrido mucho...», musitaba al aire recordando lo que vio en la mente del chico, entristecida, ahora entendía porqué era así, tan temerario, decidido y firme, le había dado miedo la primera vez que lo vio, ahí en los Niveles Bajos, con su larga gabardina y la mirada fría y oscura que llevaba mientras comía. Pero también se alegraba de haberlo ayudado cuando lo vio malherido, era algo que nunca se hubiera esperado, ni imaginado, un acto tan fortuito que desembocó en todo lo bueno que llegó después.
     Se secó el cuerpo con una toalla delgada y se vistió para dormir, aunque solo se puso unas bragas y un polo rojizo delgado y fresco, y se recostó mirando al techo. Divagó, recorrió la habitación con sus ojos hasta posarlos sobre un par de cosas que Dans había dejado antes de partir: su cantimplora y un cinturón táctico. Ahora que los miraba mejor, no se parecía en nada a algo que hubiera visto antes, y pensando en el recuerdo que vio, se dio cuenta de que era un mundo totalmente distinto. No sabía (ni conocía) de algún lugar con tecnología tan extraña, rara, eso la inquietó aún más. De pronto, cayó en cuenta de que todo alrededor de él era raro, diferente, no lo había notado antes por estar distraída en el día a día, jamás se le hubiera pasado la idea de que en realidad, Dans, estaba más perdido de ella en el Templo, y comprendió que no sabía nada de él a pesar de todo, a pesar de que había decidido abandonar su vida en el Inframundo de Coruscant para irse con él. Confiaba en Dans, desde su corazón sabía que él la protegía y la cuidaba mucho, que se preocupaba por ella; a su oído habían llegado rumores de cómo había convencido a los maestros jedi de que la aceptaran, y que si no lo hacían él se iría sin más. Y aún así no se preocupó en indagar sobre él.
     Hasta ahora.

     Al cabo de un rato los ruidos de alguien tocando la puerta de la cabina la despertaron. Rápidamente se levantó, se vistió y apretó el botón del panel que la abría; la calurosa y apacible maestra Jocasta apareció frente a ella, con una sonrisa angelical.

     —Buenas noches, niña —saludó—. Espero que hayas podido descansar bien, disculpa si te he despertado.

     —Sí, buenas noches, maestra Jocasta, no se preocupe —respondió luchando contra el sueño que aún la invadía—. ¿En qué le puedo ayudar? —sonrió.

     —Oh, no, no te preocupes, pequeña. Quería avisarte que el joven Ryder ya está de regreso en el Templo —notó cómo la mirada de la twi'lek se iluminaba—. Sé que lo has estado esperando, puede que no tarde en venir a descansar.

     —¿¡Enserio!? —gritó emocionada; calmándose de súbito para no sonar descortés—. Disculpe jeje... Muchísimas gracias por avisarme.

     —Ay, los jóvenes —suspiró la jedi con gracia, risueña—. En fin, debo de regresar a los Archivos, descansa bien, pequeña. No hay que sobreexigirse.

Entre Estrellas: A Star Wars Fan History IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora