Noche

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     —¿Estás seguro que funcionará? —preguntó Lara con mucha duda—, has pasado un mes planeando esto.

     —Solo dame algo de tiempo y vigila que nadie se acerque —respondió Dans mientras ajustaba un par de cables sobre un contenedor rojo.

     Estaban escondidos detrás de unas grandes cajas de suministros, que apilados llegaban a ser más altas que una casa de dos pisos, los droides de servicio y control de carga merodeaban a los costados resguardando el cargamento. La zona era oscura y la twi'lek sostenía una caja de herramientas viejas y casi oxidadas mientras veía a Dans armar una especie de trasto metálico improvisado.

     —¿Ya terminas? no tardarán en encontrarnos si seguimos aquí —instó la twi'lek.

     —Sí, ya está, ahora solo tenemos que meter esto en una de esas cosas —señaló con el dedo a un contenedor mediano.

     —¿Me recuerdas una vez más cuál es el plan? E-Es que estoy demasiado nerviosa —tartamudeó un poco, las manos le temblaban tanto que pareciera estar a punto de soltar la caja que cargaba.

     —Tranquila, tú estarás afuera esperándome con el aerodeslizador, cuando te de la señal conduces hasta la entrada de ese almacén y salimos echando leches de ahí —se acomodó la gabardina y asomó la mirada por encima de un pequeño muro de duracreto.

     —¿Y cómo piensas entrar? —preguntó ella mientras vigilaba los costados.

     —Usaremos el truco de Ulises —dijo entusiasmado—, solo que en lugar de amarrarme al vientre de una oveja, me meteré dentro de uno de los contenedores de especias, me pondré el casco para no morir asfixiado, me infiltraré hasta el cuarto central y vaciaré la base de datos de Egra. 

     —¿El qué de quién y en qué? —ahora estaba más confundida que nerviosa.

     —Nada, son cosas de mi planeta —continuó el cazarrecompensas—, pero básicamente entraré como parte del cargamento.

     —¿Y cuál es la señal? —consultó la twi'lek.

     —Cuando me veas a mí corriendo, sabrás que esa es la señal —respondió Dans mientras cargaba sus blásters.

     —No me convence este plan —se agarró uno de sus lekkus para calmar sus ánimos. Sabía que en cuanto lo descubrieran comenzaría el tiroteo.

     El lago artificial que tenían al lado les serviría de vía de escape, todos los vehículos estaban estacionados en la orilla y se convertiría en una autopista de agua sin obstáculos, Dans debía hacer todo correctamente o los mercenarios de Egra los atraparían con facilidad.

     —Respira profundo y hondo, no te desesperes, no quites las manos del timón y no apagues el motor —miró hacia uno de los edificios cercanos, donde se supone que estaba el contrabandista resguardado por sus hombres— y también mantente agachada, esos sensores de ahí me dan mala espina.

     —Mantendré el canal de comunicación abierto, si necesitas ayuda me avisas —apretó unos cuantos botones del transmisor que llevaba en su muñequera izquierda.

     —Bien, aquí voy —se levantó y caminó hacia el contenedor semivació de especias, se metió dentro y le dio la señal a Lara para que terminara de llenarlo y sellarlo.

     La twi'lek llevó el contenedor hasta el camión de transporte que usaban los contrabandistas, haciéndose pasar por una de las repartidoras que se había retrasado en la entrega. Los guardias la miraron mal y recriminaron su tardanza, ella solo sonrió, subió el cargamento y recibió parte de los créditos mientras veía cómo el vehículo se alejaba con el contenedor y el polizón ahí dentro. Siguió las instrucciones de Dans y caminó hasta uno de los embarcaderos, se subió al aerodeslizador y lo condujo en silencio hasta un sitio cerca a la entrada, divisó los alrededores y no ubicó a nadie, el lugar estaba desierto.

Entre Estrellas: A Star Wars Fan History IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora